Paseo. Se puede ir por el día en lanchones desde el puerto Pero lo más chic es ir en barco y fondear en las tranquilas aguas de la playa Honda Allí nadie puede quedarse a pasar la noche
PUNTA DEL ESTE | RAÚL MERNIES
Desde la playa Mansa solo se ve el monte de pinos y algunas rocas, pero del otro lado de la isla Gorriti, en la playa Honda, pueden llegar a fondear más de 300 embarcaciones que hacen fiestas. La isla es visitada por más de 500 personas por día.
Pasaron 494 años desde que en 1516 Juan Díaz de Solís dejó en su bitácora el registro de que había avistado una isla cerca de la costa Este del Río de la Plata. Unos años más tarde otro navegante (García de Moguer), la denominó "Isla de las Palmas", porque esa era su flora autóctona. Hoy no queda ni una sola de esas palmeras y la consumición mínima en uno de los cuatro livings del parador de la isla Gorriti es de US$ 100.
La isla, que supo ser un fortín para proteger al Río de la Plata del avance de los portugueses, lleva el nombre del comandante español Francisco Gorriti, Jefe de Montevideo durante la primera mitad del siglo XVIII, y responsable de que uno de los paseos turísticos actuales sea "El fortín", o "La batería Santa Ana".
Avisos Google
La cara que mira a Punta del Este es la más agreste, rodeada de rocas, prácticamente intransitable y solo "Puerto Cañón", un pequeño muelle de unos 80 metros, recibe las lanchas que cruzan a los visitantes.
No se puede llegar a la isla antes de las 9.30 de la mañana ni quedarse hasta después de las 19.30 en los viajes en las diferentes lanchas que salen desde el puerto de Punta del Este. En la noche, "el isleño" es el único que se queda en Gorriti (ver nota aparte).
La playa Honda tiene algunas características que la hacen muy peculiar: está en el medio de la nada, hacia la izquierda sólo hay agua y a la derecha, muy a lo lejos, llegan a verse las sierras de Minas.
Sus características geográficas de "bahía protegida", hacen que casi no sople viento, el agua no tenga olas y esté hasta tres grados más caliente que en las costas de tierra firme.
Pero la principal característica está flotando en el agua. Decenas de yates, botes y veleros fondean todas las tardes en las aguas de la playa Honda y organizan minifiestas privadas, con juegos y hasta prendas, que la mayoría de las veces consisten en clavados al mar.
Incluso hay una pequeña lancha que puso un "delivery de sushi" entre los yates. Llamando en la frecuencia 68, la pareja se acerca, vende y permite que los navegantes puedan almorzar sin pisar la arena.
Cada yate tiene una o dos motos de agua que se utilizan para ir hasta la orilla y comprar bebidas en el parador, donde Mauricio y José, junto a su staff de cocina, preparan licuados y tragos de todo tipo.
"Lo que más vendemos es el mojito, y para los brasileños clericó, porque parece que allá es muy caro el vino y cuando vienen acá y lo prueban se vuelven locos", cuenta Mauricio, de 22 años, que por segunda temporada consecutiva se hace cargo del parador junto a su tío.
"Esta temporada es muy rara. La verdad que no estamos trabajando del todo bien, y eso que estamos manejando los mismos precios que en Punta del Este". Según José, el año pasado el promedio de yates en la isla fue de 300 por día, y esta temporada sólo hubo esa cantidad una o dos veces.
La misma disminución se dio en las visitas transitorias, que en 2009 llegaron a ser 1.000 personas por día y ahora esa cantidad se redujo a la mitad.
El de la Honda es el único parador de la isla que funciona de 10 a 19 horas y donde se puede almorzar. Los mismos dueños tienen otro en "Playa Jardín", en la punta más al oeste de la isla, pero que solo funciona cuando hay mucha gente y solo ofrece bebidas y tragos.
La playa, que tiene su guardavidas municipal, ofrece clases de fitness, masajes y hasta algunos paseos en lancha.
Quizás el mejor resumen sea el de uno de los bañistas: "Esta playa es la mejor de Punta del Este. No hay olas, el agua está calentita, no tenés gente amontonada y es redivertido ver las fiestas en los yates, hacen cualquier cosa. El otro día una chica se sacó la malla y se bañó desnuda".
El resto de las atracciones que ofrece una jornada en la isla se reduce a paseos por caminos cubiertos con caparazones de mejillones molidos, y las visitas a las ruinas que conforman la reserva considerada patrimonio histórico nacional.
Hace algunos años se habló de un proyecto para construir un hotel cinco estrellas en Gorriti, y también hubo muchísimas consultas de magnates argentinos y de otras partes del mundo que pretendían construir sus casas allí. Pero las normas locales establecen que no está permitida la construcción de ningún tipo de edificación, además de la casa en la que vive el isleño.
Hasta el año pasado había un lugar dispuesto especialmente para hacer asados, pero la sequía del verano 2009 y la ola de incendios hicieron que las autoridades lo prohibieran. Esa regulación sigue vigente y seguramente también es uno de los motivos por los que la gente no cruza tanto como en otros años anteriores.
El parque de pinos perfuma el ambiente. No hay olor a humo de los caños de escape ni se escuchan bocinas. Los pinos fueron parte de la reforestación ordenada por Juan Gorlero, primer intendente de Maldonado, luego de que un incendio a fines del siglo XIX terminara con toda la flora y fauna autóctonas. Hoy en día los únicos animales que viven en la isla son las gallinas del isleño y "La negrita" su perrita.
Las cifras
$ 100 Es el precio que deben pagar los turistas por tomar una lata de cerveza Pilsen en el parador de playa Honda.
$ 250 Es el valor del pasaje por persona para trasladarse desde el Puerto de Punta del Este hasta la isla Gorriti, ida y vuelta.
Testimonio
Jorge "isleño" Velázquez: "No me quiero ir nunca más"
Todos los problemas de la isla los resuelve Velázquez, o como lo llaman, "el isleño".
Hace 11 años, la Intendencia Municipal de Maldonado le propuso a un militar de la Brigada de Ingenieros 4, con quien había trabajado algunas veces, que se hiciera cargo del mantenimiento de la Isla Gorriti, a cambio de su sueldo como empleado público y viáticos.
Así fue que Jorge Eduardo Velázquez puso un pie por primera vez en Gorriti. "No me quiero ir nunca más", dice ahora, a los 46 años, y convencido de que no hay lugar más tranquilo en el mundo que su "hogar".
Todos los días se levanta a las 5.30 y se puede acostar recién a las 2.30, luego de apagar las luces de la isla.
"Mi trabajo principal es montear, ver que los árboles que caen no molestan a los turistas, cortar el pasto, mantener todo en orden y cuando baja el sol prendés las luces, para que desde la costa se vea la isla", relata, señalando el generador que alimenta su casa y la iluminación perimetral. "Además, todas las tardes tengo que recorrer la isla con `la negrita", (su perra) para ver que no haya nadie, porque no se puede quedar nadie acá". Al parecer, encontrar parejas resguardadas al abrigo, pretendiendo quedarse en la isla "es de todos los días".
Velázquez ve a su esposa y a sus nueve hijos (de los que no recuerda con precisión las edades, pero "el mayor tiene 13 y el menor un año y medio"), una vez cada cuatro meses, y después en verano, "se viene toda la familia y se quedan hasta que empiece la escuela".
El isleño está convencido de que nadie aguantó ni aguantará tanto tiempo co-mo él en la isla: "Los que estaban antes no duraban más de tres años, lo que pasa es que a mí me gusta esto, yo ya estoy acostumbrado, mi familia también y esta es mi vida ahora; no quiero estar en Maldonado".
Las cosas que sólo se ven desde la Isla Gorriti
Lanchas de visita transitoria
Desde el Puerto de Punta del Este salen constantemente distintas lanchas que llevan unos 20 pasajeros hasta la Isla Gorriti. La primera salida es a las 9.30 de la mañana y el último regreso a las 19.30. Los pasajes de ida y vuelta cuestan $ 250 por persona y el viaje dura unos 15 minutos.
Lo que queda del viejo fortín
El primer jefe de Montevideo durante la primera mitad del siglo XVIII, Francisco Gorriti, hizo levantar un fortín para proteger el Río de la Plata de los portugueses. Más tarde, en las invasiones inglesas de 1806, la isla fue bombardeada por la escuadra británica hasta que claudicó.
El camino que cruza la isla
Desde la bajada en "Puerto Cañón", ubicado en la cara de la isla que se ve desde la orilla de la playa Mansa, un largo camino cubierto de caparazones de mejillones molidos y rodeado de pinos atraviesa la isla trasversalmente y sale directamente al acceso a la playa Honda.
Naufragio de hace un año
En el punto más al oeste de la isla, antes de llegar a playa Jardín, un pequeño velero descansa su lastimado casco en la arena. El "Black Jack II", naufragó hace más de un año en Gorriti y quedó a disposición de la empresa aseguradora, que todavía no lo fue a buscar.
El País Digital
Entrevista Oscar Rueda García
Realizada por: CLARA INÉS SÁNCHEZ ARCINIEGAS.
Redactora Jefa REI en Turismo - Fundación CEDDET -
Oscar Rueda García
Viceministro de Turismo. Ministerio de
Comercio, Industria y Turismo de Colombia
Sr. Viceministro recientemente la OMT hizo un reconocimiento al gobierno colombiano porque Colombia volvió a aparecer –como ellos lo citan–, en el mapa turístico del mundo, después de un largo receso por asuntos de seguridad ¿cuáles han sido las estrategias que el gobierno colombiano ha implementado para llegar a este logro?
Pues sí, recientemente con ocasión de la feria de FITUR, el pasado mes de enero de 2009, la OMT lanzó un estudio en el que nuevamente Colombia incursionaba en el panorama de turismo mundial, en dicho estudio la OMT resalta ese resurgimiento con unos porcentajes o unos indicadores de crecimiento muy superiores a los del promedio mundial: Colombia ha venido recuperando terreno y reposicionándose después de
una desaparición -digámoslo así- ocasionada por los temas de inseguridad o los temas de imagen y este estudio recoge lo que fuera la estrategia que desarrolló el gobierno colombiano; el cual, evidentemente primero tenia que salir de una base de realidad, para que la percepción se identificara con esa realidad y fue esta una política mas allá del turismo; así, el gobierno del Presidente Álvaro Uribe emprendió como Política de Estado, el tema de la recuperación de la seguridad; dicha recuperación paulatina permitió que seguida y articuladamente, la campaña de Promoción Turística
hiciera énfasis sobre el hecho de la recuperación de la tranquilidad en el territorio nacional, lo que por ende llevó al gobierno, de una manera responsable,
a difundir que Colombia, como destino turístico, podía ser objeto
de visita tanto de propios como de extraños.
El primer paso fue recuperar el turismo domestico, había que dar un mensaje de confianza a los extranjero, mensaje que no se hubiera logrado si no fuera primero los colombianos viajando por su país para después si decirle al mundo “vengan que este es un país tranquilo”. Para recuperar el turismo doméstico, la primera estrategia sin duda fue la de las llamada “Caravanas Turísticas Vive Colombia Viaja Por Ella”
- por cierto, hoy todavía de amplia recordación por el éxito y lo que significaron en la recuperación del libre tránsito con absoluta confianza por las carreteras de
Colombia-. Este programa consistió en el acompañamiento a los turistas (principalmente familias), por las carreteras del país para que pudieran disfrutar nuevamente de sus desplazamientos terrestres; allí intervinieron todas las instituciones relacionadas con la garantía de seguridad ciudadana.
La segunda estrategia fue la campaña de promoción internacional que se diseño acompañado de una marca país que pudiera fortalecer esa imagen y fue cuando se concibió y se lanzó “Colombia es Pasión” que es uno de los logros que señala precisamente ese estudio de la OMT.
La tercera estrategia fue la de dotar al país de elementos de infraestructura que permitieran dar respuesta a la demanda que poco a poco iba creciendo a propósito de las acciones de mercadeo y promoción internacional; incluso, cabe mencionar que buena parte de la estructura necesaria como soporte a la demanda turística había desaparecido e incluso muchas líneas aéreas se habían marchado del país y habían dejado de operar en Colombia. Por ende teníamos muy poca oferta aérea lo que significaba pocas oportunidades para poder venir al país, no había cupos y obviamente a unas tarifas muy costosas; fue así como surgió una nueva estrategia que consistió en trabajar para que vinieran mas aerolíneas al país lo cual se logro el solo año; a 2008 se sumaron 99 frecuencias semanales mas adicionales a las que ya teníamos. El otro tema que había que abordar era el de la oferta hotelera, igualmente durante mucho tiempo se dejaron de conseguir hoteles en el país, grandes cadenas internacionales habían cerrado operaciones en Colombia. Una de las fórmulas para lograr atraer inversión en oferta de habitaciones fue la promulgación de Ley de incentivos tributarios: 30 años de exención al impuesto de renta para quien o quienes construyan remodelen o amplíen su hotel. Esta política de incentivos trajo como consecuencia que desde el año 2004 se iniciara una construcción hotelera acelerada; el actual panorama es que al año 2011, Colombia tendrá un total de 16.000 nuevas habitaciones hoteleras.
El remate de este conjunto de estrategias ha sido la campaña de promoción turística, propiamente dicha mas allá de la campaña de imagen país, es decir, que acompaña a “Colombia es Pasión” pero que es orientada a la atracción de mercados turísticos;
esa campaña se ha titulado –o mejor dicho, tiene como slogan– “Colombia, el riesgo es que te quieras quedar”. Con ese mensaje se pretende abordar el tema directamente, de una vez tomando la palabra “riesgo” que aún acompaña al país en algunos escenarios; la palabra “riesgo” viene acompañada de una atractiva oferta y se le presenta a la
demanda cuando se le ofrece el destino colombiano,tornándola en positivo es haciéndola parte de la oferta misma: “el riesgo es que te quieras quedar”.
De hecho fue un riesgo, pero el resultado ha sobrepasado las expectativas, realmente ha sido exitoso.
¿Qué sigue para Colombia en materia turística?
Creo que lo que sigue es afianzamiento de la confianza en el destino y obviamente el mejoramiento de la infraestructura turística. Al crecimiento de la oferta hotelera tiene que acompañarla indudablemente el mejoramiento en lo que ya se esta trabajando, me refiero alas terminales aeroportuarias mediante los procesos de concesión; entre los avances menciono las mejoras ya evidentes en el Aeropuerto Internacional
El Dorado de Bogotá, cuando todavía no se ha empezado la gran obra. En general esas mejoras vienen para los aeropuertos del país. Igualmente se viene impulsando el mejoramiento y dotación de infraestructuras de Centro de Convenciones. Por ejemplo, se inaugurará por estos días un Centro de Convenciones en Armenia, lugar ubicado en el ya reconocido internacionalmente como Eje Cafetero; así mismo se han construido en años recientes el de la ciudades de Cali y Medellín (donde recientemente tuvo lugar la Asamblea del BID como fruto de esos trabajos y próximamente la del Foro Económico
Mundial para América Latina); siguen igualmente otros proyectos en Popayán y en la Isla de San Andrés que serian los mas inmediatos.
Seguiremos adelante con el desarrollo hotelero especialmente enfocado hacia el desarrollo hotelero de Resorts, para lo cual hay grandes planes en la Isla de Barú en Cartagena de Indias, que acompañará igualmente a la ciudad de Barranquilla y obviamente todo esto a la par que fortalecemos el producto turístico, el empresariado y un gran refuerzo en la participación en Ferias Internacionales, cuyo impacto positivo se siente cada vez más.
¿Cuál es su percepción del turismo frente a la crisis económica y qué consejo les podría dar a los países Iberoamericanos?
Me parece muy difícil que nosotros ahora pretendamos dar consejos. ¿Que hemos observado en Colombia?
En estos cuatro primeros meses del año 2009 hemos registrado un crecimiento en la visita de extranjeros del 11%. Lo que hemos pensado es que uno no puede asumir la crisis y digamos dejarse imbuir del espíritu de crisis; lo que se debe es pensar que el turismo tiene salidas que son en primer lugar las del turismo regional, la del turismo fronterizo y las mismas del turismo domestico. Esto ultimo es aplicable para países que tienen una demanda importante interna, pero en estos casos el consejo es que muchas veces los países pensamos que lo importante es solamente el turismo extranjero y descuidamos el turismo interno. De otra parte,obviamente hay que responder con precios y hay que responder con imaginación.
Sin duda alguna, es importante abordar al consumidor con buenas promociones, ofrecer y tener el precio como parte de los atractivos; me parece que insistir en mantener tarifas costosa como política para morigerar la percepción de crisis, es sencillamente una política equivocada.
Oscar Rueda García
Viceministro de Turismo de Colombia
