Desde que Yoani Sánchez abrió su blog en 2007, el periodismo ciudadano no para de crecer en la isla. Los opositores al régimen se hacen oír, pese a los arrestos y a las fueres amenazas.
Hallaron en la web un espacio para ejercer el periodismo independiente. Y siguen adelante pese al asedio de las autoridades. Oficialistas también crean sus blogs.
CARLOS TAPIA
Luis Felipe Rojas vive con su mujer Exilda en la ciudad de San Germán, en la provincia cubana de Holguín, cercana a Guantánamo. Allí residen junto a sus hijos Malcom, de seis años, y Brenda, que mañana cumplirá 14 meses de vida. Los niños aún no entienden por qué señores altos, y de verdes uniformes, suelen entrar sin permiso a su casa y llevarse a la fuerza a su padre. La última vez que sucedió esto fue el pasado jueves 18. Lo detuvieron, lo trasladaron a un cuartel y un oficial de la Seguridad del Estado, que tan solo se identificó como Alberto, lo amenazó con aplicarle la Ley 88 -a la que los cubanos detractores del régimen llaman "Ley mordaza"- y con hacerlo acreedor de entre 20 y 30 años de prisión. ¿De qué se lo acusaba? Nada más ni nada menos que de tener un blog.
Basta con abrir una casilla de correo, ingresar a uno de los administradores que hay en Internet, llenar una planilla con datos personales y tener la constancia de renovar los contenidos con asiduidad. Nada más se necesita para tener un blog. Hay quienes lo utilizan como un diario íntimo virtual, donde publican logros y desengaños amorosos, o cuentan los avances de su dieta para adelgazar. Otros lo usan para hacer gala de su fanatismo por un cuadro de basquetbol o fútbol, gritar a los cuatro vientos sus preferencias políticas o compartir sugerentes fotos de jóvenes actrices de Hollywood. El fenómeno nació en 1994, pero se popularizó durante la última década. Ya no hay diario que en su portal web no tenga blogs. El Nobel de economía, Paul Krugman, renueva cada semana su espacio en el sitio de The New York Times. Y escritores, como José Saramago, también tienen el suyo. En Cuba se convirtió en una herramienta para ejercer la resistencia disidente, y hacer oír otra voz que no sea la de los medios de comunicación de la isla, todos ellos leales hijos de la revolución.
Yoani Sánchez, que hoy tienen 34 años, fue una pionera. Su blog Generación Y fue el primero que, en abril de 2007, arremetió contra el gobierno de los hermanos Castro. El sitio la hizo famosa ante la comunidad internacional; y hoy, además de continuar con su espacio personal en la web, trabaja como columnista en varios periódicos europeos y latinoamericanos. Su libro, Cuba libre, se vende en Italia y Alemania, y esta semana se publicará en España y Argentina. "Es una fantasía futurista pensar que el texto pueda llegar a los anaqueles de las librerías cubanas", se lamenta Yoani, en una entrevista telefónica con Domingo. Su otra fuente de sustento es una academia de periodismo, de la cual es propietaria y profesora. Aunque el régimen no le permite otorgar títulos, cuenta con varios alumnos que también ven en la web una canal para ganarle a la censura.
"El blog fue un reto que me trajo numerosas gratificaciones, pero también muchos problemas. El acoso personal y social es muy alto. Por ejemplo, en este momento es impensable que me den la carta blanca para salir del país", declara la bloggera. Las autoridades le impidieron viajar a España en mayo de 2008 para recibir el premio Ortega Gasset de periodismo. Y la acusan de ser "una mercenaria preparada por el Pentágono".
Aunque sus enemigos sostienen que sufre "alucinaciones paranoicas", Yoani asegura que es sometida a una constante vigilancia policial. A esas mismas autoridades acusa del "breve pero muy violento secuestro" del que fue víctima el 6 de noviembre de 2009. Junto a Claudia Codelo, del blog Octavo Cerco, y Orlando Luis Padolaso, de Boring Homes Utopics, la atraparon mientras se dirigía rumbo a una marcha contra la violencia en La Habana. Los tres atacantes iban en un auto, con matrícula privada. Los hicieron entrar a la fuerza al coche, golpeándolos, insultándolos y amenazándolos. "Nos decían cosas como `hasta aquí llegaste`, `se te acabó la payasada`, y recibían órdenes por celular", recuerda. Durante 25 minutos fueron víctimas de esos hostigamientos mientras el vehículo recorría la ciudad. Luego, en un barrio lejano al que se llevaba a cabo la protesta, los liberaron.
"Fue el episodio más duro que viví como blogger. De todos modos a otros compañeros les pasaron cosas peores, no es algo inédito en la historia de las últimas décadas. Los atacantes nunca se identificaron, pero tenían apariencia de ser parte de la policía política. Más que nada por el auto, que era de fabricación china y muy moderno. En Cuba esos modelos no se venden a privados", señala Yoani.
Malas costumbres. "El blogger Luis Felipe me acaba de enviar este SMS: Me llevan detenido hacia cuartel de la policía San Germán". A través del sitio web Twitter, el pasado jueves 18, Yoani hizo llegar este mensaje a todos sus contactos. Luis Felipe Rojas, dueño del blog Cruzar las alambradas, estuvo tras las rejas durante una hora, en una de las prisiones de la Seguridad del Estado. "Son centros de tortura, hacen torturas psicológicas y físicas. Ya estoy casi acostumbrado, en otras ocasiones estuve encerrado hasta 11 horas", cuenta el blogger, al que también arrestaron en la última Navidad.
Es difícil no acostumbrarse cuando el asedio ya es parte de la rutina. Rojas tiene 39 años y es escritor, pero desde 2006 sus libros ya no llegan a las estanterías de las librerías cubanas. Fue en ese mismo año que decidió dedicarse al periodismo independiente y fundó la revista Bifronte, que fue desbaratada por el gobierno del entonces presidente Fidel Castro.
"Montaron un operativo y nos sacaron todos los implementos, las computadoras y las impresoras, además reprimieron a los redactores. Mi esposa fue expulsada de la emisora radial en la que trabajaba, y a mi me fue imposible conseguir empleo y publicar mis textos. No puedo enviar libros a ninguna editorial, ya que todas son manejadas por el Estado. Incluso el Ministerio de Cultura emitió una orden expresa de que no puedo efectuar lecturas públicas ni ser jurado de concursos literarios. Fui expulsado de toda actividad cultural en mi país, sin importar que, medianamente, me destacaba. Todos mis libros, que son cuatro, fueron publicados gracias a que gané concursos", señala.
Hoy Rojas sobrevive gracias a lo que gana por escribir para Diario de Cuba, un portal web que se maneja desde España. Tanto esos textos como los de su blog, por el cual no obtiene ganancias económicas, los dicta por teléfono a amigos que residen fuera del país.
El alto precio de decir. En Cuba no existe la conexión personal a Internet y encontrar un cyber puede llegar a ser una tarea maratónica. Para tener acceso a la red es necesario recurrir a hoteles, donde cuesta entre siete y ocho dólares utilizar una máquina por una hora -el sueldo mínimo en la isla equivale a US$ 13,5-, y la velocidad de navegación es tan lenta como uno pueda imaginar. Las computadoras suelen tener filtros que no permiten ingresar a ciertos sitios, y son pocos los lugares en los que es posible cargar información desde un disco compacto, una tarjeta flash o un pen drive, por lo tanto los bloggers deben reescribir los textos en la PC alquilada.
El blog sin EVAsión, de Miriam Celaya, discípula de Yoani, cumplió en enero dos años de existencia. Ella suele renovar sus contenidos al menos dos veces por semana, una tarea que para cualquier cubano costaría fortunas. "Si tuviéramos que pagar de nuestro bolsillo las horas de Internet es muy probable que la mayoría de los bloggers dejáramos de existir. Por suerte recibimos mucho apoyo desde el extranjero. Amigos, familiares y lectores nos compran tarjetas para conectarnos y renovar los contenidos", explica esta periodista ciudadana que nació en 1959, mismo año en que el comandante y sus compañeros barbudos hicieron su entrada triunfal a Sierra Maestra.
Celaya no obtiene ingresos por su actividad como blogger; su trabajo habitual es ser guía turística independiente. Distinto es el caso de Iván García, de 34 años. Comenzó sus labores periodísticas en la ya inexistente agencia de noticias Cuba Press. En enero de 2009 abrió su blog Desde La Habana, y en octubre de ese mismo año el diario español El Mundo lo contrató para escribir historias sobre Cuba en sus páginas y para participar en un blog de debates en su portal web. El espacio se llama 90 millas, que es la distancia que hay entre la isla y Estados Unidos, y consiste en un cruce de opiniones entre García y Max Lesnik, otro cubano que reside en Miami y que defiende el régimen de los Castro.
En el cruce de opiniones Iván llega a llamar a Lesnik, "avezado periodista, vividor, oportunista y cínico como muchos en Cuba". Y este otro le contesta: "¿Sabía mi contrapartida de las 90 Millas que un `tal Iván` había sido `Príncipe de Moscú` en el Siglo XIII con el nombre de Iván I Danilovich Kalita? ¡De casta le viene al galgo!"
El trabajo en El Mundo le permite a García pagar los 24 dólares semanales que le cuesta mantener su blog personal y enviar textos para la futura página web, Cuba Puntos de Vista, que prepara junto a su madre exiliada en Suiza. Fue ella quien lo formó como periodista. "Aprendí con mamá, en las redacciones donde trabajaba. Quise ir a la academia pero no me aceptaron por no pertenecer a la Juventud Comunista. Estudiar para reportero aquí tiene que ver con tu orientación ideológica, y yo desde el bachiller ya no compartía las ideas del gobierno. Pude optar por otra carrera, biología o medicina, pero ninguna me era afín", cuenta sin disimular remordimiento.
La "batalla" entre cubanos oficialistas y opositores no se da solo en la web de El Mundo. Ya son varios los isleños que también se vuelcan a la realización de blogs para defender la revolución. Para realizar esta nota Domingo intentó comunicarse con varios de estos bloggers. La única que contestó a los insistentes correos electrónicos fue Rosa Baez, que en su blog La Polilla se define como "revolucionaria, solidaria, amiga y con muchas ganas de compartir contigo todo lo lindo de mi Patria". Sin embargo, Baez no se contactó para responder el cuestionario, sino que decidió enviar su propia lista de preguntas: "¿Cuál es su fuente de sustento? ¿Cuál es su edad? ¿En qué ciudad y barrio reside? ¿Qué tienen que ver con el tema blogs? Le confieso, después de ser entrevistada por la CNN y ver descontextualizadas mis respuestas, no creo mucho en estas entrevistas...".
Voces Cubanas y Academia Blogger, dos ventanas para ganarle a la censura
Estilo periodístico, cultura cubana, fotografía y video, ética, filosofía y legalidad son algunas de las materias que se dictan en la Academia Blogger de Yoani Sánchez. La escuela tiene un año de vida y a mediados de marzo egresarán los primeros 27 estudiantes. El proyecto vio nacer a nuevos bloggers, a los que los une la condición de ser detractores del gobierno de los hermanos Fidel y Raúl Castro.
Al finalizar 2009 la academia llevó adelante una nueva iniciativa: se trata del portal web vocescubanas.com, una plataforma que reúne a 28 bloggers, entre ellos la propia Yoani, Miriam Celaya, Iván García y Luis Felipe Rojas.
Pese a que en la web Voces Cubanas se sostiene que el sitio no pertenece a "ninguna organización política, fraternidad, religión, firma comercial o tendencia" y que Yoani asegura que en su academia asisten personas "de todas las vertientes" y "no se dan conocimientos políticos o ideológicos, sino técnicos sobre periodismo ciudadano", los participantes de la plataforma son todos críticos con el régimen.
"Es que los blogs son herramientas para aquellos que somos silenciados. La iniciativa de Yoani nos hizo dar cuenta que sí existía un canal para poder expresarnos libremente", explica Celaya.
Por su parte Yoani sostiene que tanto la Academia Blogger como Voces Cubanas son "el fruto de esta especie de virus de opinar en Internet. Y esto será así al menos mientras no nos dejen decir lo que pensamos en la vida real".
Gobierno advierte sobre "Ley mordaza"
El 16 de febrero de 1999 el régimen cubano aprobó la Ley 88, llamada de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, y a la que los opositores al gobierno le llaman "Ley mordaza".
Esta reglamentación, con la que los bloggers cubanos dicen ser amenazados con asiduidad por las autoridades, establece penas de hasta 30 años de cárcel para quienes cobren dinero de potencias extranjeras por ejercer el periodismo.
La Ley 88 se aplicó en marzo de 2003, cuando 75 periodistas cubanos fueron enjuiciados y condenados a 28 años de cárcel. Según datos de la ONG Amnistía Internacional (AI), que junto con la Comisión de Derechos Humanos de la ONU pidió que fueran excarcelados, 55 de los reporteros aún están en prisión.
Amnistía denunció que los periodistas presos "sufren golpizas totalmente arbitrarias a manos de sus guardianes y muchas veces son confinados por meses en celdas tapiadas de dos metros por uno, donde no tienen agua potable".
Optimismo a futuro
Yoani Sánchez. "Soy optimista a largo plazo y pesimista a corto. Por un lado creo que llegamos a un punto de descalabro nacional. El país no tiene liquidez, no tiene fondos para comprar, no tiene la posibilidad de recuperarse económicamente en pocos años. También hay una pérdida de valores éticos, morales y está muy extendido lo de robarle al Estado para sobrevivir. De todas maneras pienso que tenemos el capital humano, la instrucción, el deseo y la creatividad como para salir de todos estos atolladeros, lo que pasa es que necesitamos también voluntad política, sobre todo de permitir la libre opinión y quitarle el castigo a los que piensan diferente; esto es lo que será el motor impulsor de una nueva Cuba".
Miriam Celaya. "La situación social tiende a agravarse. No sé qué pasará, pero necesariamente va a haber cambios, lo que no me atrevo a decir es que estos sucederán a corto plazo. Todo depende de la voluntad política que tenga el gobierno y, sobre todo, del factor biológico".
Luis Felipe Rojas. "La junta militar de Raúl Castro pierde fuerza. Los ciudadanos de manera individual se revelan, no solo contra las medidas de fuerza, sino contra las determinaciones absurdas. Por ejemplo, el hecho de que un ciudadano no pueda entrar y salir del país sin un permiso oficial, sin un mérito, es inaceptable. Igual que el hecho de que no pueda vender su auto viejo de los años 40, que no pueda vender su casa o alquilarla sin un permiso y una inspección excesiva. Coaccionar esas cosas, que son propias de los ciudadanos de cualquier país, es absurdo".
Director General de Desarrollo de la Cultura Turística en el Ministerio de Turismo de México (Secretaría de Turismo).
www.ceddet.org
sugerencias sobre el tema de la normalización turística, pues cada día son más las voces que plantean que ese es el único, o al menos el mejor, camino para lograr la competitividad. Ya sea a través de normas oficiales (obligatorias) o normas voluntarias, se deben establecer requisitos mínimos (estándares) a cumplir por los prestadores de servicios, es la propuesta de estas voces.
Si bien es cierto que en las sociedades modernas cualquier actividad que realice el ser humano en el que se implique a un tercero debe sujetarse al cumplimiento de ciertos requisitos establecidos en lineamientos normativos de carácter público o privado, el éxito de dicho modelo dependerá de la capacidad de dicha sociedad para verificar y hacer cumplir dichos requisitos. Por lo que a mayor normatividad más eficiente deberán ser los mecanismos de verificación y los sistemas de consecuencias.
Ante la complejidad y el costo (económico, político y social) que implica la verificación, muchos países han optado por modelos de normalización voluntaria, logrando con ello transformar la función del gobierno, de “policía/verificador” a “facilitador” del proceso de normalización
Esta estrategia, para el caso del turismo, me plantea muchas inquietudes por los siguientes motivos:
• El proceso para generar y actualizar las normas voluntarias es complejo y burocrático, situación que entra en franca contradicción con las necesidades cambiantes de los turistas.
• Normalmente, el costo y el esfuerzo que implica el certificarse en una norma voluntaria que establece estándares mínimos para actividades turísticas, es percibido como alto en relación a los beneficios percibidos por el logro de la certificación, situación que inhibe a muchos prestadores de servicios a realizar el esfuerzo.
• Para que los esfuerzos de calidad tengan impacto en la percepción del turista es necesario contar con una “masa crítica” de empresas turísticas con estándares similares de calidad, a fin de que el turista, a lo largo de su experiencia en el destino, perciba esa calidad en su interacción con dichos prestadores. Sin embargo, la experiencia internacional nos hace ver que el número de prestadores turísticos que se certifican en normas voluntarias es bajo en relación al total de prestadores de un destino.
• Las MIPYMES Turísticas son las que más requieren incorporar modelos de calidad a su gestión y, sin embargo, son justamente a ellas a las que más se les dificulta entrar a procesos de normalización y certificación, debido a aspectos de orden cultural, financiero y de percepción (“burocratiza el trabajo y no obtenemos ningún beneficio”, parecería ser el paradigma).
• Los modelos de normalización contemplan la verificación periódica por un tercero de los estándares comprometidos, sin embargo, la calidad en los servicios debe ser permanente por lo que el esquema de verificación llega a trastocar el sentido de la calidad, pues establece el incentivo perverso de que hay que garantizar que al momento de la verificación los estándares se cumplan, antes o después es poco relevante.
Al amparo de estas inquietudes me permitiré, por último, exponer una mecánica en la que la calidad y la normalización turística puedan crear sinergia para realmente alcanzar la tan anhelada competitividad turística.
El primer paso sería diseñar un modelo de “buenas prácticas” que permita incidir de forma económica y efectiva en un número significativo de prestadores de servicios turísticos, a fin de crear una “masa crítica” que propicie la generación de una toma de conciencia del valor de la calidad y un compromiso con la mejora continua.
En segundo término, se debe trabajar en la “gestión competitiva de destinos”; es decir, definir los mecanismos y las herramientas que permitan gestionar, en materia de calidad turística, al destino como un “sistema” y, consecuentemente, alinear los objetivos y esfuerzos de todos sus subsistemas (actores turísticos”) hacia los “pocos vitales” que determinan el nivel de competitividad del destino.
Una vez que se cuenta con los dos pasos anteriores se buscaría desarrollar un modelo de normalización turística con las siguientes características:
a. Estar constituido por normas holísticas, es decir, normas que integran todos los requisitos establecidos en las normas oficiales y que una empresa turística esta obligada a acatar (requisitos ambientales, de seguridad, higiene, etc.); así como los estándares turísticos y de calidad que se determinen.
b. El esquema de verificación de la norma será sustitutivo de las verificaciones oficiales de todas las instancias gubernamentales que inciden en la empresa, por lo que aquella empresa certificada en la norma no podrá ser verificada por ninguna autoridad mientras su certificado esté vigente.
c. Los gobiernos deberán concentrar sus recursos y esfuerzos de verificación en aquellas empresas no certificadas, a fin de evitar la competencia desleal de aquellos prestadores de servicios turísticos que incumplen con las normas oficiales de seguridad, higiene, medio ambiente, etc.
d. Las empresas certificadas bajo este tipo de normas obtendrán un descuento en la tasa fiscal del impuesto sobre la renta, bajo el principio de que una empresa que cumple con los requisitos establecidos en la norma evitará que se tengan que canalizar recursos para la restitución de los daños causados por la no calidad.
Bajo esta propuesta subyace el racional de que para lograr consolidar una cultura de calidad debemos modificar el subsistema de consecuencias vigente que, muchas veces, parecería premiar a la “cultura de la no calidad”; pues cuando los agentes económicos detectan que es más rentable apostar a la infracción normativa (a la no calidad) dado que el riesgo de ser sancionado, ya sea por la autoridad o por el mercado, es prácticamente inexistente, es muy posible que su “sentido común” les indique seguir ese camino; no obstante que dicha alternativa no sea sustentable en el mediano plazo y nos aleje irremediablemente de la posibilidad de construir sociedades verdaderamente competitivas.
En conclusión, si realmente queremos construir naciones (en nuestro caso destinos turísticos) comprometidas con la calidad, la competitividad y la sustentabilidad debemos garantizar por una parte, un marco regulatorio claro, sencillo y claramente orientado a dichos objetivos; y por la otra, un subsistema de consecuencias que premie a quien cumple cabalmente con dichas reglas y sancione indefectiblemente a quien las violenta. Ya que no se trata tan solo de sumar voluntades sino fundamentalmente de alinear los intereses particulares al interés colectivo. Sólo así lograremos establecer los cimientos que nos permitan construir la competitividad sustentable a la que todos aspiramos.
