Bienvenidos a Propuesta Turística Sal y Sol, desde Salto, Uruguay
A partir de mayo y para disfrutar de Atlántida todo el año
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hasta el viernes 3 de mayo,
hasta el viernes 3 de mayo,
El miércoles 8 de mayo a las 19 hs.
15 y 16 de mayo
martes, 16 de marzo de 2010
Durazno. Vestigios de 450 millones de años
BLANQUILLO | VÍCTOR RODRÍGUEZ
Un capataz encontró vestigios prehistóricos en las canteras de arcilla de la localidad duraznense de Blanquillo, situada a 125 kilómetros al Oeste de la ciudad capital.
Blanquillo es conocida particularmente por su exclusiva arcilla "plástica" -también denominada "oro blanco"-, única en el mundo por su composición y valor comercial. Las canteras han sido explotadas desde la década de 1960 por la empresa Metzen y Sena. Pero desde diciembre de 2009, luego del quiebre de la firma, la cantera permanece cerrada.
Germán Viana es el capataz. Trabaja allí desde hace 20 años. Hace ya largo tiempo que encontró el primer fósil que data de unos 420 millones de años, del período devónico en la época primaria. Quedó impactado por el tema y se dedicó a estudiarlo a fondo. Ha recogido decenas de muestras, encontradas en pacientes búsquedas entre las grietas de las capas horizontales de la arcilla o en el suelo después de lluvias permanentes e intensas. Trilobites y Derbginas son algunas de ellas.
"Esto hace millones de años fue un lago o un mar, a veces en las placas horizontales de arcilla se encuentran fósiles (marcas o petrificados por los óxidos de hierro), los primeros animales acuáticos y vegetales que existieron en la tierra", explicó.
Las piezas encontradas permanecen celosamente cuidadas por Viana en el propio predio de las canteras, en una especie de museo, abierto a todo aquel que esté interesado en verlas.
"A este tipo de arcilla plástica" se le conoce también como `oro blanco` que, según estudios internacionales, tiene mucho valor historico-geológico", comentó Viana. Ello ha provocado visitas de geólogos alemanes, mexicanos, argentinos y docentes y estudiantes de todo el mundo. La arcilla se utiliza a nivel industrial (la fábrica de cerámicas Olmos la utiliza como principal materia prima) y artesanal, pero Blanquillo también coloca en la fábrica de portland de la planta de Ancap en Paysandú. Hasta antes del cierre de Metzen y Sena salían desde Blanquillo unas 7.000 toneladas mensuales de arcilla: 3.000 a 3.500 a Olmos y 1.500 a 2.000 toneladas a Ancap.
Los 21 trabajadores están en seguro de paro y esperan pacientes por la reapertura.
La cifra
7.000 toneladas mensuales de arcilla salían de Blanquillo a la empresa Olmos, a Ancap Paysandú y a Metzen y Sena antes de su cierre.
El País Digital
por Gabriela Rocha
Especialistas de la región aconsejan a Uruguay reposicionar su marca. La capacidad de una sociedad de organizar sus atributos para comunicarlos clara y activamente al mundo es la llamada marca país. Sin embargo, a "Uruguay natural", con la que hace unos años trabaja el Ministerio de Turismo, le hace falta un trabajo de fondo, según coincidieron expertos regionales.
"Ese concepto le queda chico", sentenció sobre la labor de sus vecinos Benjamin Von Der Becke, coordinador ejecutivo de la Estrategia de Marca País Argentina-en la que trabajan desde 2003-. "Debieran repensar el posicionamiento", agregó.
En la misma línea, María Elena Cruz, del departamento de difusión internacional de Prochile -organización chilena con 35 años de trayectoria-, señaló que a pesar de que esa frase le suena "bonita" y con "posibilidades", se debería "trabajar más en el contenido".
La especialista arguyó que una marca es más que un logo y puso el ejemplo de la experiencia en su país: primero definieron el ADN y luego los conceptos a explotar. Cada uno tiene los propios y éstos traen beneficios, como a Italia que -pese a lo costosa- sigue atrayendo turistas gracias a su historia.
Para Cruz, al "natural" hay que dotarlo de algún elemento más y agregó que el proceso de posicionamiento puede resultar relativamente corto para Uruguay, un país pequeño y con "gente culta".
Luego de confesar que antes de asistir a un encuentro en el Ministerio de Turismo el mes pasado (del que informó el Portal), no conocía la marca uruguaya, la especialista enumeró puntos que ésta podría aprovechar: "Es un país sereno, bonito, ordenado y sus calles son seguras". Su colega argentino destacó de Uruguay "la capacidad y modestia de sus profesionales".
Por qué tenerla
Para Von Der Becke, lograr una marca país exige las tres "c" iniciales: convocatoria, consenso y compromiso, o sea, los componentes deben respetar la verdadera identidad del pueblo. Es esencial, entonces, el alineamiento interno, previa educación de la gente. Si la marca está bien construida, otorgará prestigio internacional, respeto y visibilidad.
El perdurable valor de las marcas
Entrevistado Luis María Rodríguez, Gerente General de Unilever, señaló: "Las marcas son una creación humana, instintiva y natural, una manera de hacer más sencillo un mundo complicado. Con una marca uno sabe lo que está obteniendo, qué esperar.
Ponerle nombre a un producto -dar marca a ese producto- es una garantía de consistencia. Si le gusta lo que ha comprado, usted sabe que lo puede comprar una y otra vez. Si no le gusta lo que ha comprado, usted sabe lo que no tiene que comprar -y qué decir a sus amigos para que no lo compren tampoco-.
No debemos olvidar algo que muy a menudo no es comprendido: una marca -a diferencia del producto o servicio que identifica- vive exclusivamente en la mente de sus consumidores.
Para poder funcionar, las sociedades humanas dependen de la confianza. Las buenas marcas invitan a la confianza, ganan la confianza, honran la confianza y recompensan la confianza. Las buenas marcas cuidan sus reputaciones como si cuidaran su vida.
Cada desafío que encaramos hoy en nuestras empresas hace al establecimiento y la conservación de la confianza algo más necesario y más valioso, porque para nuestros clientes las crecientes complejidades de elección hacen crucial la necesidad de confianza. Es un futuro prometedor para las marcas que están a la altura de las circunstancias".
Fuente: El Empresario, de El País, Uruguay
El incremento del turismo en Punta del Diablo compromete la sustentabilidad de sus playas.
Se fue el verano y con él la temporada turística que movilizó cientos de miles hacia el este del país. Al igual que otros años, Punta del Diablo fue uno de los destinos costeros más concurridos. Pero aunque esto trae beneficios económicos inmediatos para el lugar, está afectando cada vez más su sustentabilidad ambiental y turística, ya que la infraestructura no está preparada para recibir, en sólo un par de meses, a decenas de miles de personas. La rambla y su saneamiento son las áreas más visiblemente afectadas por esta situación. Los vecinos organizados reclaman soluciones a esta problemática y las autoridades municipales aseguraron que de continuar por otro período será prioridad en su gestión.
“Todos los poblados costeros turísticos de Rocha tienen una población de pocos cientos de habitantes que, durante la temporada de verano, se multiplica en forma impresionante, pasa de menos de mil habitantes estables a alrededor de 20.000 visitantes diarios. Esto, cruzado con la falta de infraestructura urbanística, saneamiento, caminería, pluviales y recolección de residuos genera grandes problemas. Son una fuerte presión sobre el ambiente, el recurso turístico y la salud de la población local y turística”, explicó a la diaria Inti Carro, técnico del Centro de Tecnologías Apropiadas (Ceuta) y especialista en temas costeros.
Para Carro, la falta de saneamiento y las fuertes lluvias sobre el territorio, sumadas a la presión que ejerce sobre la costa la cantidad de turistas que la visitan en tan poco tiempo hacen que la playa se deteriore. “Punta del Diablo se está quedando sin playa, prácticamente no hay arena seca porque queda encharcada. Este balneario es un morro de piedra y las aguas de los pozos negros y de las pluviales escurren entre las casas y entre la gente; todo va hacia la playa y genera una situación de mayor humedad en la arena, que empeora cuando llueve. Además cuando vienen temporales fuertes el mar avanza sobre el territorio y golpea la caminería y las viviendas que están sobre la costa. Este diagnóstico se aplica a todos los balnearios costeros de Rocha”, dijo.
Conociéndote
La ONG Todos por Punta del Diablo, el Centro Cultural Mandinga y el Ceuta realizaron el viernes y sábado pasado unas jornadas sobre “Vulnerabilidad socioambiental en Punta del Diablo y alternativas de Saneamiento Ecológico” con el fin de difundir la experiencia del proyecto de saneamiento ambiental del lugar, además de generar el diálogo entre todos los actores relacionados para buscar soluciones al respecto. Participaron vecinos, organizaciones, representantes de la comuna rochense y del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, entre otros. “El objetivo fue sensibilizar sobre este tema que hasta el momento no tiene una salida visible”, explicó Rodríguez.
Uno de los temporales que hubo en febrero deterioró y arrasó con parte de la rambla frente a la playa de los Pescadores. “En este momento eso quedó en una situación de vulnerabilidad, lo que significa que el proceso de deterioro se puede agravar y será más difícil de controlar. Hay zonas de La Paloma y de Cabo Polonio que están en iguales condiciones. El ecosistema está desequilibrado y con las tempestades del mar pueden estar en peligro las viviendas”, señaló.
Barranco abajo
En los últimos años la construcción de viviendas para el desarrollo inmobiliario creció fuertemente en Punta del Diablo, lo que hace más crítica la falta de infraestructura y saneamiento.
Consultado al respecto, José Luis Olivera, coordinador de la unidad de gestión costera del departamento de Ordenamiento Territorial de la Intendencia Municipal de Rocha (IMR), dijo a este medio que “a partir de 2007 se removieron alrededor de 35 viviendas que se encontraban en zona fiscal ocupando espacios públicos y obstruyendo la playa de los Pescadores. Se recuperó la primera línea de la playa y el balneario tuvo un ‘boom’. En ese entonces también se creó una ordenanza de ordenamiento territorial con determinadas exigencias en cuanto al uso de la tierra y la forma que deben tener las construcciones”.
Según explicó, el mayor incremento de viviendas sobre la costa de este lugar fue a finales de los años 70 y principios de los 80, algo que no fue controlado en su debido momento. “Cuando empezamos a operar con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente se recuperó el valor y las certezas de un área que era tierra de nadie. A partir de entonces tuvo un despegue sumamente importante, fue el sitio donde más aumentaron los permisos de construcción. Antes, el balneario estaba congelado, sólo se hacían construcciones irregulares, pero se consolidó el desarrollo dentro de la formalidad”, explicó.
De todas maneras las construcciones irregulares se siguen edificando. En 2009 se demolieron varias viviendas nuevas. “Esta guerra es desigual, están buscando espacios y ausencia del Estado para poder seguir construyendo”, señaló Olivera.
A su entender, Punta del Diablo ha sido “la vedette” en la última temporada en cuanto al número de visitantes, lo que trae aparejado nuevas demandas de infraestructura. “Se ha incrementado la iluminación de calles, se ha realizado una serie de tareas que han incrementado el valor de la zona. Ahora la intendencia tiene otra demanda en cuanto al escurrimiento de pluviales, calles y saneamiento”, dijo.
Con respecto a esto último explicó que no hay ningún balneario costero de Rocha que cuente con red de saneamiento. “Es individual por parcela. En los nuevos permisos exigimos un sistema anaeróbico de tratamiento de aguas, que se depuran en cajas impermeables de hormigón cuya disposición final se hace en depósitos permeables”.
Lo cierto es que, tal como explicó Carro, la mayoría de las cámaras sépticas tienen filtraciones y desbordan en verano cuando la población se incrementa. Durante la temporada cualquiera podía notar en el centro del lugar, incluso cerca de los restoranes, el agua saliendo de las tapas de los pozos negros, una imagen que se repetía constantemente.
Educar con el ejemplo
Para Carro lo ideal sería que tanto a nivel individual como colectivo haya sistemas de saneamiento alternativo, como humedales construidos y un manejo de las aguas de lluvias en las propias viviendas, que puedan ser captadas para reutilizarlas y disminuir lo que luego llega a la playa y destruye el sistema costero.
“Es una acción de mediano plazo pero la más directa. Si se puede ir más adelante y la intendencia puede resolver un mejor saneamiento y manejo de pluviales sería ideal. Eso es algo que demanda una preparación orgánica de la comuna que todavía no existe, por eso estamos divulgando el tema y mostrando que existen alternativas que pueden ser integradas a las soluciones”, dijo.
Como forma de atender esta problemática y para demostrar que pueden aplicarse estas alternativas, recientemente la organización no gubernamental Todos por Punta del Diablo, fundada en 2003 por vecinos del lugar con el objetivo de mejorar la calidad de vida en el balneario, emprendió un proyecto de saneamiento alternativo en la escuela 96 del balneario, donde conviven 120 personas entre maestros y alumnos. La iniciativa, que costó 5.000 dólares y fue financiada por la fundación Green Global, contó con el apoyo técnico del Ceuta. El sistema consiste en el tratamiento de las aguas residuales a través de humedales construidos con plantas absorbentes como la totora, que funciona como depurador. Elizabeth Rodríguez, integrante de la ONG, contó a la diaria que se eligió la escuela del lugar para desarrollar la experiencia en forma didáctica. Además fue registrada en un video que puede encontrarse en YouTube bajo el nombre Saneamiento Ecológico en Punta del Diablo (partes 1 y 2). “El sistema alternativo es casi una realidad, y será un antecedente que servirá de modelo para poner las barbas en remojo y buscar soluciones a este tema. Pensamos que para el mes que viene el humedal estará funcionando a pleno”, afirmó.
Según el integrante del Ceuta, la idea del proyecto es sentar un precedente y hacer un diagnóstico con la comunidad, para realizar en el futuro un trabajo de fondo para atacar estos problemas. “Hay un desafío a nivel local, parte de lo que se tiene que hacer es regularizar rápidamente y tener claro que si se sigue construyendo en cualquier lado, el recurso playa desaparece, la situación es compleja. Todos viven del turismo en el balneario, pero lo están exprimiendo hasta un punto de colapso. La situación es que hay que actuar ya en todos lados, cuanto antes se atienda el problema, más sencillo y más rápido de solucionar será. La gente tiene que acordarse de que la playa existe durante todo el año, por eso es importante que se recupere en invierno lo que se destruye en verano”, opinó.
Paraíso del diablo
“Rocha se está poniendo de moda y necesita una salida al problema del saneamiento. El lugar en el verano no soporta la capacidad de carga. Hay alrededor de 20 mil personas por día. En un pueblo donde no llegan a vivir mil personas y recibe 20 mil más en temporada, es una irresponsabilidad por parte de los organismos estatales no resolver eso. No queremos más diagnósticos, hay que empezar a hacer cosas puntuales, hay elementos de sobra para hacer algo. Hay organizaciones que estamos dispuestas a salir a buscar los apoyos. Cuando hablamos de un turismo sostenible estamos hablando de eso. Hoy esto es un paraíso que puede terminar siendo cualquier cosa. Una vez que termina el verano queda todo muy destrozado. El turismo deja dinero, no tanto como muchos suponen, pero los estragos son grandes, hay falta de higiene y contaminación, tenemos que pensar qué turista queremos traer y a partir de eso ver qué se puede hacer”, dijo Rodríguez.
Por su parte, el director de Turismo de la IMR, Pedro Quartino, dijo a la diaria que el crecimiento turístico del balneario “es algo que hay que estudiar, es un tema serio. Tenemos que hablar de un turismo sustentable, la intendencia hace muchos años hizo un plan de excelencia, cuando Punta del Diablo era otra cosa. Ahora hay que atender el asunto desde otra dimensión, está creciendo más de lo que la infraestructura permite. Es un tema delicado porque hay muchas opiniones al respecto que serán difíciles de conciliar”.
Según Quartino, no hay ningún plan específico para atender este crecimiento turístico, algo que en su opinión deberá ser planteado en la próxima administración. “Depende de la inversión pública y de lo que opinen los locales. No sólo la intendencia es parte de esto, tienen que estar involucrados otros organismos”, opinó. En la misma línea, Olivera dijo que Punta del Diablo será “una prioridad para el próximo período”. “Eso es prácticamente un desafío que tenemos y antes de renunciar (para la reelección) el intendente Artigas Barrios nos había solicitado que le diéramos prioridad a este tema si vuelve a estar en la próxima administración. Estamos interesados en los aportes que está realizando la comunidad, nos interesan esos proyectos. El deber es tratar de que el mayor tiempo posible la gente pueda seguir disfrutando de las playas de Rocha”, concluyó.
Inés Acosta
por Rolando Hanglin, Especial para lanacion.com
El viajero llega al aeropuerto, con tres horas de anticipación, mal dormido y con susto. Supongamos que no ha sufrido ningún accidente, que no lo ha interceptado ningún piquete: de todos modos, los aeropuertos del mundo quedan siempre muy lejos de las ciudades donde viven los viajeros. Además, hay que llevar maletas, bolsos, documentos, dólares, abrigo. O sea: lo más aconsejable es contratar un remise o un taxi (todo carísimo) o bien convencer a un pariente piadoso, ya que el automóvil nos lleva pero luego debe seguir su camino, porque nosotros... ¡nos vamos!
El viajero ha estado planeando el viaje durante días (o meses). La reserva de los pasajes. Las noches de hotel. Menudean los amigos expertos, consejeros y asesores. Personas que han estado en el lugar que nos espera, sea Iguazú o Praga, Omaha o Londres, Montreal o Dar-Es-Salaam. Todos opinan. Todos saben más que el viajero. Todos dan consejos contradictorios. Hay compañías más caras, otras más puntuales, otras extremadamente serias, pero que no viajan los lunes sino los jueves. El hotel que imaginamos cinco estrellas, en realidad, fue demolido el año pasado, nos informa un amigote más viajado. Y otro nos informa que la simpática pensión es un narco-tugurio.
El viajero va trazando, laboriosamente, su viaje y llenando la maleta con horas robadas al sueño o al trabajo, y allí atesora un buen suéter, tres pares de medias, tres camisas, tres calzoncillos, un pantalón que combine con todo, zapatos que ocupan mucho espacio, camisetas, remeras deportivas, pantuflas, pijama, las pastillitas de la noche y las de la mañana... pero la maleta no cierra. ¿Y cómo llevar la campera-abrigo todo-terreno, imprescindible para los aviones y los hoteles con aire acondicionado, donde uno infaliblemente se enferma de neumonía? En el brazo. ¿Y el estuche con pasaporte, dólares, papeles varios, tarjetas de crédito, seguros médicos, lapicera, libreta, agenda? En el brazo también. ¿Y el libro para el viaje?¿Y la revista, y el diario? En el brazo. Ya son varios objetos para un solo brazo. El otro brazo deberá empujar la maleta con rueditas, que se atascan una y otra vez, de modo que el viajero termina agrediéndola a patadas.
Llega, entonces, el viajero estresado al aeropuerto. Lo primero que encuentra es una muchedumbre insólita. Altos negros de Nigeria con sus bellas túnicas, silenciosos pero veloces chinos en grupo, monjas y curas, estudiantes, mochileros, matrimonios, familias con hijos, americanos, alemanes, suecos, brasileños. Una alucinación fabricada especialmente para producirle un shock psicológico: todo el abrumador planeta está allí.
El viajero busca alguna persona con uniforme que le diga dónde está el mostrador de la compañía X-Air (porque a la vista hay un hall de 200 metros con mil mostradores de distintas líneas, y adyacente otro hall igual, y después otro), pero las personas uniformadas se esfuman. A lo sumo, responden con un ladrido:
-¡Lea la pantalla!
Tembloroso, el viajero no puede enfocar la vista en la pantalla. Es que no hay una sola pantalla. Hay docenas de pantallas y monitores. En cada una se enumeran vuelos provenientes de: Dublin, México, Moscú, Karachi, Liverpool, Hamburgo, Nicaragua, Montreal, Beijing, Nueva York, Paris, Dallas, Miami, Estocolmo, Montevideo, Copenhague,Tokio, Oslo, Barcelona, Osaka, Lisboa ...¡Y así hasta el infinito! Hay que seguir con extremo cuidado la línea imaginaria que une la ciudad buscada con la compañía elegida y con el número de vuelo, para conocer su situación. Nunca es un número fácil: por ejemplo, 09354921. Pero retenemos los últimos tres dígitos: 921. En el renglón siguiente puede decir Boarding, Delayed o Canceled o cualquier otra cosa. Es decir que nuestro vuelo ya salió, está demorado, está esperándonos histéricamente o no existe más. Todo es terrorífico.
Ahora bien: ¿A donde hay que ir? Hay que ir a un sitio denominado A - 129 - Z8 - Sp.
¿Qué es A? ¿Pasillo A, hall A, sala A, aeropuerto A?
El viajero sale al infinito hall como un poseído, empujando la maldita valija que, en realidad, es pesadísima. Y camina, camina, camina kilómetros. Es casi como ir andando a Madrid o a Nueva York. Acompañado por otros pobres diablos con la misma expresión de agotamiento y extravío. Escaleras mecánicas, otras escaleras comunes y silvestres con los bártulos a cuestas, y nadie que informe. Finalmente, llega a lo que parece ser una cola. Parece ser Migraciones.
¡Migraciones! ¿Tengo el pasaporte? ¿No habré traído el pasaporte del año pasado, que no tenía visa para Estados Unidos y lucía un sello de "anulado"? ¿Y los dólares? Cuidado los dólares. ¿Y la tarjeta de Migraciones, y el formulario para la aduana? Los recuadritos dentro de cuyo contorno deben escribirse las letras están colocados de una manera inverosímil. Ideal para equivocarse. ¿Dónde puedo apoyarme para llenar estos formularios? Los pasajeros descubren que no hay mesas, no hay mostradores, y mucho menos sillas o sillones. Todos los turistas están allí, indecisos, parados y apurados. Entonces se tiran al piso, usan de pupitre, la espalda de un amigo, dibujan letras imposibles... y finalmente pasan.
A ver: ¿Dónde es A? Después de Migraciones viene un pasillo enorme donde se ven muchos letreros luminosos en celeste, amarillo, rojo, naranja, indicando derivaciones hacia otros pasillos, que en realidad son avenidas inmensas, recorridas por turistas despavoridos. Entre paréntesis: ¿Dónde hay un baño? ¿Qué hora es? En fin, sigamos. Un letrero indica H de manera evidente, y debajo 1, 2 y 3, hasta 6. Si vamos en la dirección correcta, es decir el abecedario al revés, pronto encontraremos la salida hacia G, luego F, y así, finalmente, la A. ¿Será esa nuestra A? Vamos caminando largo. Los otros viajeros chinos, negros y suecos empujan sus maletas con la misma angustia.
El viajero intenta buscar a personas informadas. Pero nadie sabe nada. Ni la chica de los chocolatines, ni el muchacho de las revistas, ni mucho menos los ajetreados pilotos y azafatas que pasan a nuestro lado, mirándonos como a lauchas.
De alguna manera, el viajero sube a un avión. Todo indica que es el suyo. Hay que levantar la maleta luego de atravesar miles de metros, y el dificultoso pasillo estrechito, para embutirla en un portamaletas, y luego respirar hondo. Después de tres horas de esfuerzo y desconcierto, estamos en viaje. Por un momento pareció que el viaje se iba al diablo por extravío físico y mental del pasajero, pero hemos llegado al avión.
Ya tenemos a un turista empapado en transpiración, lleno de incertidumbre y desilusionado. El asiento (sobre todo el que corresponde a los pasajeros de la "turística", que son toda la doliente humanidad) es pequeño y rígido. Las azafatas están muy apuradas. Hay turistas que no saben dónde colocar un paquete suplementario, algo que compraron en el Free Shop...¡Esa maldita colonia, ese abrigo escocés, esas cajas de alfajores!
El viajero es asaltado constantemente por el recuerdo de las cosas que tal vez olvidó: ¿Tengo mi pasaporte? ¿Mi cepillo de dientes? ¿Mi traje de baño? ¡Imbécil, vas a Río de Janeiro y te olvidaste el traje de baño!
En el mundo actual, los seres humanos disponen de pocos días libres. Digamos, ocho. O tal vez, catorce. Son catorce noches. Dos de esas noches las pasarán sentados en la losa de fórmica que constituye la butaca de los aviones. Con calambres en la espalda y las piernas agarrotadas por la posición fetal. Estos viajeros pagan unos 1000 dólares para que los lleven a Miami, a París o a Bahía. Y por ese precio duermen, dos noches, como un preso en la celda de castigo. Como un mendigo en un banco de plaza, ateridos por el aire acondicionado y desvelados por el llanto de los bebés. Por algún motivo insondable, viaja mucha gente con niños y bebés.
El aeropuerto es un estallido de colas interminables, esfuerzos físicos, impactos angustiantes, imágenes de terror: una bofetada, nada parecida al glamour que el viajero compró en los folletos de colores que le ofrecían "Carnaval Carioca" o "Los Castilos del Loire".
A esta altura, el lector me dirá que hay una solución muy sencilla: no viajar a ninguna parte. Es cierto.
Pero el viaje es educación. Un día en el extranjero vale por un año de vida, porque se conocen otros países, otras razas, otra gente, maneras de pensar y de vestir, de comer y de reír. Se aprende. Se crece. Eso sigue siendo cierto. Se cambia de aire.
Nosotros, los que hoy somos mayores, nos criamos con la crisis del 30 en los huesos. Nuestra infancia no supo de aviones, televisores, internet, notebook, celulares, idiomas. Apenas, autos. Nuestras fronteras han sido siempre muy estrechas. Para los de Ramos Mejía, la Avenida Rivadavia. Para los de Olivos, la Avenida Maipú. Para los salteños, la calle Caseros. Para los marplatenses, la Juan B. Justo. Y pare de contar.
Muchos de nosotros llegamos a los 20 años sin haber visto nunca jamás a una persona negra. A un gay. A una mochilera canadiense. Sin saber cómo suena el idioma sueco. Y cuál es la diferencia entre el semblante de un alemán y el de un holandés. Somos una buena gente de cabotaje, y la globalización que empezamos a vivir en los 90 nos agarra ahora en pleno descontrol.
Todo es masivo. Con malos modales. Con una infinita desconsideración. Se llevan 60 uruguayos a Berlín, o 190 belgas a México, como quien lleva un camión de hacienda a Liniers.
Los equipajes perdidos llenan hangares enteros: son toneladas de objetos preciosos para sus lejanos dueños, que ya nunca podrán encontrarlos. Están definitivamente extraviados. Cada tres años, les prenden fuego para hacer espacio.
La apariencia de control esconde un descontrol absoluto: ¿Cómo fue posible, si no, que cuatro aviones de pasajeros de las principales compañías americanas fueran estrellados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono? El lector debería sopesar lo que estamos diciendo: un avión lleno de pasajeros iguales a usted, a mí, a nuestros hijos que van de excursión a Bariloche por el fin de curso, a las chicas de la oficina que se juntan para pasar una semana en Cancún. En fin, viajeros, turistas, personas comunes de clase media, se precipitó sobre los muros exteriores del...¡Pentágono! Por supuesto, murieron todos.
Los aeropuertos más concurridos, que son llave de paso hacia otros países o regiones (Málaga, Miami, Atlanta, Madrid) son los más enloquecedores. Allí resultan más largos los pasillos, más mudos los funcionarios y más abrumadoras las pantallas.
En fin. Yo haré lo que todos. Seguiré viajando cada vez que pueda, porque de todos modos es parte de la vida, y es bello. Pero no puedo olvidar que hubo otro tiempo, el de nuestros padres. Cuando viajar era una ocasión "de alto vuelo" (precisamente) y los turistas eran tratados como personas. Tal vez eran pocos, sí. Tal vez eran ligeramente ricos. Nos traían de lejanas tierras algunos regalos inconcebibles para nuestra alma de niños, como el chicle globo o los suéters de ban-lon.
Pregunta el viajero inoportuno: ¿No sería mejor que hubiera miles de aeropuertos pequeños para que la gente no se apiñara en estos aquelarres de multitudes? Aeropuertos internacionales descentralizados, con pocos aviones, pocos pasajeros y pocos empleados, amables y serviciales. Por ejemplo, en nuestro país podría haber un aeropuerto internacional en Córdoba, otro en Rosario, otro en Bariloche, otro en Salta, otro en Corrientes, otro en Neuquén, otro en Bahía Blanca, otro en Mar del Plata, para viajar sin escalas... es decir que no sean "internacionales" en las palabras sino en los hechos. De este modo, nadie sería obligado a formar las diabólicas colas en la Aduana de Ezeiza, con los riñones al rojo vivo. Bah, ya sé. Es una utopía.
Me lo imaginaba.
Fuente: LaNacion.com
lunes, 15 de marzo de 2010
Protegen aves en la Laguna de Rocha
"Ocurrieron dos cosas importantes en las mismas fechas: el ingreso de la Laguna de Rocha al Sistema de Áreas Protegidas, y a los pocos días la comunicación de que la laguna había sido aceptada en la red hemisférica de protección de aves playeras", dijo a El País uno de los impulsores de esta postulación, el veterinario Javier Vitancurt.
Es el primer sitio uruguayo en integrarse a una red de más de 80 sitios clave, que ocupan unos 12 millones de hectáreas en 13 países y su inclusión reconoce el importante número de aves playeras, tanto residentes como migratorias. Por ejemplo, la Laguna de Rocha, recibe al 6,6% de la población del chorlito canela, especificó Vitancurt.
El sábado se formalizó el ingreso a la red en Rocha, con la presencia del director de la oficina ejecutiva de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, Charles Duncan.
Esta mañana se realizará otra ceremonia pero en Montevideo.
Pertenecer a esta organización internacional implica ventajas en cooperación, intercambio y apoyo, indicó Vitancurt, quien subrayó que es un "compromiso voluntario que se asume para la Laguna de Rocha, por parte de los productores y los vecinos".
En forma estricta, no se plantean cambios inmediatos sino que se trata de "ratificar y seguir haciendo lo que se está haciendo", explicó el veterinario. La población de aves puede convivir con la ganadería tradicional, pastoril, indicó.
De acuerdo a un estudio formulado por Probides, que trabaja en la zona hace dos décadas, 161 especies de aves habitan en la cuenca de la laguna durante todo el año. "Algunas de ellas alcanzan niveles poblacionales llamativos, por ejemplo: 10.000 gallaretas, 6.400 cisnes de cuello negro o 2.300 rayadores", indica ese informe. También se relevó la presencia de 300 flamencos.
El País Digital
La Laguna de Rocha es la séptima área protegida
El espejo de agua tiene 7.200 hectáreas y toda la zona 22.000
La Laguna de Rocha se transformó en la séptima Área Protegida a nivel nacional y la tercera en el departamento. Después de un largo proceso del que participaron autoridades, entidades académicas, pescadores artesanales y vecinos, la laguna ingresó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas bajo la categoría Paisaje Protegido.
El área ocupa una extensión aproximada de 22.000 hectáreas. Constituye un ecosistema importante como sitio de alimentación, nidificación y reposo para aves residentes y migratorias. Allí se ha registrado la presencia de más de 220 especies de aves.
El extenso cuerpo de agua se comunica periódicamente con el océano Atlántico a través de un sistema de apertura y cierre de barras arenosas. En los arroyos y bañados cercanos habitan nutrias, carpinchos, tortugas, zorros y lobos de río, mientras que en el campo que la circunda abundan el ñandú y la mulita.
Además se desarrollan explotaciones agropecuarias. El área ya había sido reconocida por sus valores para la conservación a través de diversas designaciones nacionales e internacionales.
En 1976 la Unesco designó la Reserva de Biósfera Bañados del Este que incluye a la laguna y en 1977 fue declarada Parque Nacional Lacustre y Área de Uso Múltiple.
La incorporación se realiza mientras se encuentran en curso los manifiestos públicos de: Montes del Queguay (Paysandú) y Laureles-Cañas (Tacuarembó-Rivera). Además, ayer se desarrolló en Canelones la audiencia pública correspondiente a la incorporación de los Humedales del río Santa Lucía.
Antecedentes EN EL snap
Las seis bellezas naturales que ya han ingresado al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) y a las que se suma la Laguna de Rocha son: el Paisaje Protegido Quebrada de los Cuervos en Treinta y Tres, el Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay en Río Negro, el Parque Nacional Cabo Polonio y el Parque Nacional San Miguel en Rocha, el Paisaje Protegido Valle del Lunarejo en Rivera y el Paisaje Protegido Localidad Rupestre de Chamangá, en Flores.
El País Digital
Dr. León Camilo Rosete León.
Por Alberto Eguiluz.
Hoy que esta de moda recordar nuestro patrimonio histórico-tanto tangible como intangible - y que ocupan los titulares de los diarios los esfuerzos de los sacrificados ex empleados de Urreta en la embotelladora del agua Salto, nos parece oportuno recordar a quién fuera pionero de ese emprendimiento: el Dr. León Camilo Rosete León.
León Camilo Rosete León nació en Salto, en el año 1891. Fueron sus padres Bartolomé Rosete, de profesión carpintero y Eulalia León, maestra vareliana. Es la primera de una extensa lista de maestras que ejercieron en el departamento de Salto, publicada en un Album del Centenario (1937). En su entrada figura en el año 1878 y se agrega «Ciudad y San Antonio Chico».
Eulalia León era a su vez hija de León León, nacido en Francia, vástago de una antigua familia de la Provence. Vino al Río de la Plata, vivió en Buenos Aires y finalmente recaló en Salto, donde compró una fracción de campo sobre el arroyo San Antonio.
León Camilo, su nieto, realizó sus estudios primarios en la hoy escuela Etelvina Migliaro y los secundarios en el Instituto Osimani y Llerena. A principios del siglo XX se doctoró en la Facultad de Odontología de Montevideo; trabajó en Guaviyú de Arapey antes de instalarse en la ciudad de Salto, donde ejerció su profesión por largos años.
Se casó en 1925 con Esther Brignole, dama de la sociedad salteña. Ya era reconocido como «un perfecto caballero», según comentario estampado en la conocida revista local de la época «La Semana».
Pero era además un espíritu inquieto, emprendedor e idealista. Habiéndose percatado que en los campos que había heredado en San Antonio brotaban manantiales permanentes (el paraje era conocido en ese entonces como «Los Manantiales»), puso su atención en ellos y así descubrió la Fuente Salto, o Gran Surgente del Norte como la llamó. Fue el primero que pensó en industrializarla, para lo cual creó la empresa que giraba con la denominación de «Gran Surgente del Norte Compañía Limitada», que construyó la planta embotelladora. También adaptó el berro francés a nuestro medio
Construyó grandes piletas para su cultivo. Pera esta empresa se asoció con su hermano Acibíades y con un profesional de Montevideo: el Dr. Paladino.
Estaba firmemente convencido de las bondades del agua de la surgente, a la que consideraba insuperable por sus condiciones físico-químicas como elemento importantísimo a la dieta. También hacía hincapié en el hecho de que la surgente, al estar ubicada muy por debajo del nivel de la tierra, podía ser envasada sin tomar contacto con el aire, lo que aseguraba su higiene.
Pero, si todo eso, aunque hoy en día olvidado, fue en su momento de dominio público hay algo que no lo es y que lo señala ya no solo como un pionero sino como un visionario. En una amarillenta hoja de papel, conservada entre los documentos familiares, se encuentra un singular artículo escrito, no diremos de su puño y letra (porque como hombre de progreso utilizaba la nuevas tecnologías) pero sí de su máquina de escribir, en el que expone su proyecto de fundar en el predio un balneario termal. Este artículo se puede fechar, por distintos detalles, en la década del treinta del siglo pasado.
Su inédito proyecto era construir un lago, que sería el más grande de esas características de Sudamérica, alimentado con las aguas de la surgente, y convertirlo en un balneario termal (él consideraba esas aguas como termales y las calificaba de «tibias»). También las calificaba de «estimulantes, sedativas y radio-activas» y de gran eficacia en el campo de la higiene y la salud.
Trae a colación una antigua tradición, hoy también olvidada, según la cual, en tiempos pasados, cuando Salto era azotado por alguna grave epidemia - «cólera, fiebre, tifus y hasta viruela» - los médicos de ese entonces, entre los cuales cita a Apolón de Mirbeck, Villegas y Amorim, aconsejaban a las familias salteñas «una estadía en las humildes casitas que rodeaban «los Manantiales» de don Silvestre Lacaze, que bebieran solamente las aguas de la vieja fuente y se bañaran en ellas.
En su entusiasmo León Camilo Rosete visualiza un futuro provisor, comparable a de famosas estaciones termales de Europa: Vichy, Aix-en Provence, Evian y otras que nombra. El lago «fuera de toda contaminación», asevera, tendrá capacidad para más de dos mil bañistas; habrá «una gran lluvia termal sobre su ancha vereda, trampolín y montaña rusa» (como se ve predijo los actuales parque acuáticos). Contará con casillas de baño, servicios de trajes y toallas, así como restaurante y bar, pista de baile y servicio de transporte. Lo único que en medio de tantas profecías, resulta anacrónico es el detalle que, además de haber noches de moda con orquestas, siempre (habría) una victrola a disposición de los concurrentes».
Todo esto no deja de hacer notar, traerá para la región «todas las ventajas derivadas de la instalación de esta clase de industrias: turismo real, que es lo mismo que asegurar prosperidad a todos los hombres de trabajo».
Todos estos sueños, si bien hoy concretados en las Termas de Daymán, y Arapey, no pudieron convertirse en realidad para su profeta. Dificultad para lograr mercados para el agua mineral, el costo de los envases de vidrio y las complicaciones para su retorno, unidos a la voluntad de mantener un precio accesible y finalmente el deseo del socio Paladino de retirarse del negocio, obligaron finalmente a León Camilo Rosete a vender la empresa, incluido el terreno, a la compañía Urreta S.A.
En otro aspectos también fue León Camilo Rosete un adelantado. En el campo del gremialismo, fue fundador del Centro Odontológico Salteño. Amante de la Literatura y de la Filosofía, también escribía. Había compuesto un libro de poesías que nunca se decidió a editar; lo que sí publicó en 1946 fue un libro sobre su especialidad odontológica, titulado «Pulpectomía».
Pero su actividad cultural tuvo una mayor amplitud. Propulsor de las artes, fue también fundador de la Asociación Cultural Horacio Quiroga, dela que fue su Presidente. Falleció en Salto en el año 1959.
Aporte de Sylvia Simonet.
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