"Quedó loco de la vida con los uruguayos y con el país; por eso estuvo a punto de quedarse hasta mañana (por hoy)", dijo a El País un miembro de la producción del show. Pero, Paul McCartney, finalmente, decidió partir ayer de tarde a Paraguay.
Sobre las 19:00 horas, comenzó a verse un intenso movimiento en las puertas del Hotel Sheraton donde centenares de admiradores del británico aguardaban su salida. Paul salió a pie, por la puerta, y saludó con los brazos en alto antes de introducirse en el automóvil rumbo a la Base Aérea N° 1.
Paul se despertó cerca del mediodía, en la suite Presidencial decorada con flores frescas, a pedido del artista. Rosas, fresias y gardenias se habían dispuesto en varios lugares de la suite, y en la mesa del comedor, minúsculas rosas y nardos. En las mesas de luz, rosas y lisianthus, ubicados en recipientes de plata.
Alrededor de la 16:00 horas, el ex-Beatle salió a pasear en bicicleta por la rambla de Carrasco, donde fue fotografiado por un paseante. Iba de remera celeste y lentes de sol, pedaleando en una bicicleta negra GT.
Luego regresó al hotel, para darse una ducha y tomar el té de las 5 de la tarde.
MASAJES. En el spa del Sheraton, McCartney se sometió a dos sesiones de masajes, a cargo de una de las empleadas; una antes y otra después del concierto.
Ayer, al término del recital y luego de la sesión de masajes, el músico cenó con su grupo en el Lounge del piso 23 del Sheraton. El menú consistió en comida asiática, de estilo chino y tailandés, con variedad de vegetales.
Para atender los deseos gastronómicos del artista y de su equipo, los responsables de preparar sus comidas recurrieron al supermercado Tienda Inglesa de Montevideo Shopping, de donde salieron con la friolera de 22 carritos llenos de ingredientes.
El pan lacteal con pasas y miel que degustó Paul fue preparado por la panadería Biarritz, en 21 de Setiembre.
También la empresa "Naturezas" que se encuentra en el Parque Tecnológico e Industrial del Cerro, preparó comida para Paul, reveló ayer el director de Desarrollo Económico de la IMM, Luis Polakof.
RECOMENDACIONES. El equipo de producción de McCartney se fue pero dejó algunas recomendaciones a la Intendencia para futuros shows multitudinarios. Por su parte, la IMM hizo un balance positivo del espectáculo, aunque manifestó sus discrepancias con algunos aspectos de la organización a cargo de la empresa que trajo al ex-Beatle al país.
"La experiencia es información sobre cómo se arman algunos espectáculos y qué instalaciones se deben tener para poder hacer más fácil el armado. En este lugar abierto no es posible, pero pensando en lugares cerrados (como el futuro centro de espectáculos que se hará en el Cilindro), la tendencia mundial es que las estructuras de iluminación y sonido estén colgadas de los techos, para suprimir elementos que dificultan la visibilidad", declaró a El País el secretario general de la Intendencia, Ricardo Prato.
A su vez, el jerarca indicó que de los 31 camiones de equipos que trajo McCarney, "solo se podían descargar tres a la vez", cuando en otros lugares del mundo pueden descargar diez al mismo tiempo.
"El estadio no está pensado para un espectáculo de esos, se adaptó. Fue una experiencia importante porque nunca se había puesto tanta gente en la cancha, donde había alrededor de 18.000 personas, cosa que te lleva al límite de las posibilidades de evacuación. Es algo que se puede mejorar con muy poca cosa", dijo Prato.
El secretario general de la Intendencia admitió que hubo dificultades de acceso a las áreas VIP, aunque la salida fue fluida por todas las puertas.
"Parte de los espectadores sentados en el campo deberían haber entrado por la puerta 4, por donde entraron 2.800 personas y perfectamente podrían haber pasado muchas más. Nosotros hubiéramos preferido una distribución diferente de las entradas. Pero la distribución de salida se hizo teniendo en cuenta lo que habíamos planteado nosotros: mucha gente que estaba en la cancha y no entró por la puerta 4, salió por esa misma puerta", añadió.
El desarme del escenario va a llevar un par de días. "Varios camiones ya salieron rumbo a Asunción", apuntó Prato.
Ayer, la IMM trabajaba en la contabilización de los tickets de entrada "para asegurarse que los números de venta coincidan con la asistencia", concluyó.
Las cifras
18.000 Personas vieron el show en la cancha, un récord para este tipo de espectáculos. Había unas 55.000 en todo el estadio.
480 comidas fueron servidas por día para el equipo de producción del show de Paul McCartney: todas vegetarianas.
Paul y la pasión futbolera
SOCIO HONORARIO.
Paul McCartney recibió finalmente el carnet de Socio Honorario del club Liverpool y una camiseta con el número 10 y su nombre estampado en el dorso. Las gestiones las llevó a cabo con éxito Enrique De León, miembro de la Comisión Fiscal de la AUF en representación del club negriazul.
SUÁREZ AGRADECIDO.
El delantero uruguayo del Liverpool de Inglaterra agradeció a Paul McCartney, a través de su cuenta de Twitter, @luis16suarez, por haberlo mencionado durante el recital del domingo. "Very proud that a master like PaulMcCartney has played live in my country, even more when he mentioned me during the show!", escribió el jugador en inglés, junto a una versión en castellano: "Orgulloso de que un grande como PaulMcCartney haya tocado en mi país y más aún que me haya tenido presente!!!". McCartney aludió a Suárez antes de cantar Something.
El País Digital
MCCARTNEY | EL CONCIERTO
Unas 10.000 personas colmaron la explanada de la Intendencia
Larga espera. Previa con vídeos del grupo Cursi y la cantante Ana Prada
DIEGO CASTRO
Casi diez mil personas aguardaron para ver la última hora del concierto de Paul McCartney en la pantalla gigante del IMPO. La Explanada de la Intendencia explotó cuando la señal se conectó con el Estadio Centenario.
Cerca de las 20:30 de la noche, cientos de personas caminaban por 18 de Julio en una sola dirección: la Explanada de la Intendencia de Montevideo.
Menos de una hora más tarde, la calle había sido totalmente tomada por la gente que, o bien se quedó parada, o bien se sentaba en el piso. Pero los más previsores optaron por traerse de casa la silla de playa.
La larga espera para ver a Paul en directo fue matizada con videos del ciclo Autores Nacionales, con recitales de Ana Prada y Cursi, entre otros. Es decir: nada de lo que esperaban los fanáticos de The Beatles.
A las 21:30, que era la hora oficial en que debía comenzar la transmisión, en la pantalla empezaron a emitirse videos proporcionados por la producción de Paul McCartney, para calentar los motores. El primer clip fue Ebony and Ivory, del disco Tug of War, del año 1982.
La gente comenzó a quejarse, ya que la enorme mayoría llegó con la idea de que la transmisión del recital en directo empezaba a esa hora. "Que me devuelvan la plata de la entrada", bromeó un joven, en medio de abucheos.
Los más veteranos eran quienes mostraban mayor expectativa por ver a McCartney.
"Yo nací en 1954. Viví toda la época de Los Beatles. En su momento piré con el disco Revolver", dijo Jorge, que además sostuvo que le hubiera "encantado estar", pero consideró los precios "prohibitivos" para su bolsillo.
Este fan no fue el único que se quejó de los precios. Alberto, de 48 años, se confesó "seguidor a muerte" de McCartney, pero indicó que le resultó "imposible pagar la entrada".
"Por lo menos podemos disfrutarlo acá y ahora", dijo.
Sin embargo, no todos los que concurrieron a la Intendencia eran fanáticos.
Bianca, de 62 años dijo que le gustaban Los Beatles, pero nunca siguió la carrera de McCartney como solista.
"Igual creo que hay que aprovechar a ver a un tipo como él cuando viene al Uruguay", dijo.
Varios de los concurrentes, coincidieron en que era necesario ver a McCartney, "aunque sea en la pantalla gigante".
"Ni ahí es de mi generación, pero está bueno que venga este clase de artistas a nuestro país y no los Wachiturros", dijo Florencia, una joven de 16 años.
La variedad de edades del público que fue a ver a McCartney desde la pantalla del IMPO, nada tenía que envidiarle a quienes fueron al estadio.
Tres generaciones, abuelo, padre e hijo, esperaban ansiosos la posibilidad de ver al músico británico.
"Yo me enganché de chico con Los Beatles y cuando mi hijo Daniel era niño lo hacía escuchar todo el tiempo los discos de pasta, del grupo y de Paul en Wings", dijo Esteban.
Daniel hizo lo mismo con su hijo, Alejandro, de 7 años.
"Yo lo sigo desde la primera época", soltó el niño con total naturalidad, agregando que había escuchado todos los discos del grupo y los siguientes trabajos de McCartney.
El público explotó cerca de las 22:45, cuando por fin, en la pantalla del IMPO, se vieron las primeras imágenes de Paul McCartney en vivo, desde el Estadio Centenario.
I`ve Got a Feeling, que figuraba en el puesto 25 de la lista de canciones del concierto, fue el primer tema que apareció en la pantalla.
Entre tanto, los vendedores que no querían dejar pasar la ocasión, se habían instalado en los alrededores con un set de ofertas que incluía morrales con la imagen del cantante, por $ 200, pins, llaveros y fotografías del artista, a dos por $ 50.
Tampoco faltaron los vendedores de manzanas acarameladas, pop, garrapiñada y algodón de azúcar.
El País Digital
Uruguay se rindió a la magia de Paul
Inolvidable. McCartney encontró la complicidad del público citando a "Suárez" y "Liverpool"
ALEJANDRA VOLPI
Cantó todo su repertorio clásico, el que esperaba el público, pero también prodigó sorpresas, algunas de ellas entre canción y canción. En pocas palabras, fue el mejor concierto que ha dado el rock en la historia uruguaya.
Hello Goodbye marcó el inicio de un recital que se hizo desear media hora más de lo anunciado. Comenzó a las 21:00 horas, con Paul McCartney enfundado en chaqueta azul y pantalón negro, con su clásico bajo Hofner colgado al hombro. Los presentes lo recibieron de pie, de forma espontánea.
"¡Hola Montevideo, buenas noches uruguayos!", gritó en español a una audiencia que lo recibió con estruendosa ovación. Después, en inglés, invitó al público a "pasarlo bien".
All My Loving, un tema de la primera hora de The Beatles, sirvió para calentar los motores y para que Paul, de nuevo dirigiéndose al público, anunciara que estaba "muy feliz de venir acá por primera vez". El texto lo leyó en un telepronter que tenía al pie del escenario.
"Esta noche voy a tratar de hablar algo en español, pero más que nada en inglés", agregó entre risas. "¿Están listos para una fiesta esta noche?", preguntó.
Enseguida dio paso a Jet, canción que grabó con Wings, y siguió con Sing the changes, escrita por McCartney para el grupo The Fireman.
Después de atacar esta canción, se quitó la chaqueta dejando a la vista su camisa blanca y un par de tiradores, y se lanzó a innovar su repertorio de la gira On The Run con otro viejo clásico de The Beatles: The Night Before.
"Es la primera vez que toco esta canción en Sudamérica", dijo. Y ahí fue el momento en que la banda pareció entrar en calor defintivamente. Antes de interpretar Paperback Writer, alzó la guitarra y explicó: "Esta guitarra es la original, la que usé en los 60" (cuando grabó la canción).
Paul, que venía variando instrumentos entre el bajo y la guitarra eléctrica, se pasó luego al piano para insuflar mayor intimidad a la audiencia, mientras Brian Ray se apropió del bajo.
El ex-Beatle abrió ese set con The Long and Winding Road ("Un largo y sinuoso camino"): el título hizo evocar a algunos las largas y sinuosas colas que habían hecho desde el mediodía para arribar al estadio. Siguió con 1985 y no tardó en devorarse al público con una interpretación de My Valentine, que arrancó lágrimas en algunos espectadores y le dio al propio artista una panorámica mágica del coloso con la platea poblada de lucecitas, en su mayoría de celulares y cámaras fotográficas.
La canción que promociona su más reciente álbum signó uno de los momentos culminantes de la noche. Paul dijo que la había escrito "para Nancy", su "hermosa esposa".
El flamante videoclip en blanco y negro, que grabó el actor Johnny Depp, se proyectó en las pantallas gigantes mientras el mismo efecto también envolvía al cantante en tiempo real, y en blanco y negro.
Maybe I`m Amazed vino a continuación.
Un detalle: cuando Paul se sentaba al piano, situado a un lado del escenario, el público de la tribuna América sólo podía verlo en pantalla gigante.
I`m Looking Through You significó el retorno al clásico repertorio de The Beatles, que continuó con Paul solo en el escenario, con la guitarra acústica, para cantar uno de los temas más esperados: Blackbird.
Antes había hecho gala de su exiguo español, rememorando su niñez y el tiempo en que asistía a clases de castellano, "cuando tenía 11 años".
Entonces recitó unas líneas que aprendió en la escuela:
Tres conejos en un árbol
tocando el tambor
Que sí, que no
Que sí lo he visto yo.
El "versito", vale acotar, es una anécdota recurrente que el músico británico ya ha contado en todos sus conciertos previos en Sudamérica.
Exactamente a las 22.00 horas, mencionó a "Liverpool" y a "(Luis) Suárez", el ídolo del club de su ciudad natal y esto provocó ovaciones.
EVOCACIÓN. McCartney no dejó pasar la ocasión para recordar a sus viejos compañeros de Liverpool, John Lennon y George Harrison, ambos fallecidos. A George lo mencionó antes de cantar Something, una de las mejores canciones que firmó Harrison poco antes de la disolución de The Beatles (y que Frank Sinatra, erróneamente, calificó como "la mejor canción escrita por Lennon y McCartney").
A Lennon, lo evocó cuando se aprestaba a interpretar Here today, casi en el ecuador del recital.
Paul se lució paseándose por el escenario con una gran variedad de instrumentos, desde el bajo Hofner a la guitarra eléctrica, la acústica, el piano, la mandolina y hasta un ukelele. Simpático, improvisó pasos de baile a ritmo de los cánticos que le regaló el público, y hasta los acompañó punteando en su guitarra. Se tomó un momento para sí mismo con previo aviso; apenas diez segundos con la mirada perdida hacia la multitud, para grabar esa instantánea en su mente, con tres generaciones como protagonistas. "Son muy cálidos" agregó luego en español. "¡Maldonado y Rivera nos están viendo por la tele!", comentó "canchero". Y volvió al piano para otro segmento memorable que alcanzó un clima de gran intimidad con Let it Be, para terminar con fuegos artificiales y pirotecnia en medio de Live and Let Die.
Hey Jude, que continuó la nostalgia Beatle le sirvió para organizar al coro popular. "Sólo los hombres", pidió. Luego "¡las mujeres!". Y el juego entre público y artista resultó contagioso.
Seguramente muchos se resfregaron los ojos o se pellizcaron en algún momento, porque aunque allí estaba, resultaba enceguecedora la emoción de estar viviendo un concierto histórico, impensado en Uruguay. Ni el más optimista habría dicho que alguna vez sucedería. No obstante, el ensueño tuvo un puente a la realidad cuando Paul apareció con la bandera uruguaya, mientras uno de sus músicos se paseaba con el pabellón británico. Su regreso a las teclas, esta vez fue en un piano vertical de colores ubicado al centro (que era apreciable desde la tribuna América), con su registro intacto, la elegancia de un Sir y el ritmo de Lady Madonna en los pies. Antes de los bises llegaron Day Tripper y Get Back. Hubo dos bises y costó dejarlo ir, porque un anhelo cumplido es difícil de repetir aunque prometió hacerlo, en español y en inglés. "Nos vemos la próxima" y por las dudas subrayó "see you next time" cuando la lluvia de papelitos bajaba el telón de una noche inolvidable, de piel de gallina y ojos húmedos.
"Papá, ¿cómo se llama esta canción?", preguntaba una chica adolescente que se movía a ritmo de Golden Slumbers pero se sabía toda la letra de Yesterday. "Tenemos que irnos a casa. Sí amigos. Sí muchachos", ensayaba McCartney, el ex beatle, el Sir, el eterno joven de Liverpool, el que fue protagonista de la banda más revolucionaria de la historia de la música popular. El mismo que una vez dijo: "quiero tocar en Uruguay. ¡Yeah!". Y lo hizo.
El País Digital
"Paul está muy contento de estar aquí"
Hoy por RADIO HITS FOREVER, todo el día puedes escuchar a Paul
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ALEJANDRA VOLPI
-¿McCartney es muy perfeccionista cuando trabaja?
-Es perfeccionista y humanista al mismo tiempo, él defiende los elementos humanos y también espera que la gente haga un buen trabajo. Su música específicamente es muy importante, si escuchas The Beatles, Wings, o a Paul solista tú quieres escucharlo el resto de tu vida. Él es perfeccionista pero con propiedad para serlo.
-Si bien su instrumento fijo es la guitarra, cuando alterna el bajo con Paul, ¿qué siente?
-Es un gran desafío tocar el bajo en la banda de Paul. Para mí es genial que me permita tocar el bajo cuando él está tocando el piano, la guitarra o la mandolina. Paul es el bajista más importante del rock, con una gran historia. Entonces cuando me pasa el instrumento para mí es un honor enorme.
-¿Había estado antes en Uruguay?
-Nunca, lo más cerca que había estado es en Buenos Aires, en El Tigre. Anoche salimos a pasear, es realmente hermosa la ciudad. Hay edificios de los años `30 y `40, es un área de "art decó". Sudamérica resulta exótica para nosotros, pero lo más importante es la calidez del público y de la gente, que es muy extrovertida.
-¿Cómo se tomó la decisión de visitar países en los que nunca tocó Paul?
-La decisión de visitar Sudamérica estuvo a cargo del director de la gira y del propio Paul. Ellos deciden qué ciudades y cuáles y hacen el plan. Paul es uno de los pocos artistas que casi puede tocar donde quiera, con boletos siempre agotados. Es muy afortunado gracias a la música que creó a lo largo de los años y es un lujo para el público, es interesante formar parte de esta banda. Venimos en lo que vendría a ser la continuación de On the run, el tour del año pasado, pero con algunas canciones nuevas.
-¿Cómo conoció a McCartney?
-La primera vez que lo vi estaba invitado para tocar en el Super Bowl, fue en 2002, la canción Freedom. Era una sola canción, que Paul escribió después de estar encima de un avión en el aeropuerto John F. Kennedy mientras sucedían los atentados del 11 de setiembre. Yo estaba muy nervioso, caminé mucho en la previa, de un lado para el otro y fue muy emocionante. Para mí es un logro muy grande. Fue muy cálido, muy amable. Pero después de esa actuación creí que había sido solo eso, la gran oportunidad y el privilegio de conocerlo y nada más, entonces nos dimos la mano y le dije adiós. Pero me sorprendió con la invitación y en cinco semanas estaba formando parte de su gira. Yo no lo podía creer.
-¿Y ya superó los nervios?
-No, todavía en la primera canción estoy muy nervioso.
-¿McCartney comparte tiempo con sus músicos fuera del escenario?
-Siempre. Después del show hablamos del show, a veces vamos al hotel juntos y cenamos todos juntos y hablamos más. O en mi caso me ha tocado viajar en el avión a su lado. Tenemos muchas oportunidades de interactuar, a veces nos invita a su casa cuando no estamos en gira. No se separa de nosotros en los viajes. No es que la estrella va por un lado y nosotros por otro. Él actúa como un miembro de la banda. Y hoy somos amigos, hemos compartido muchas cosas en estos diez años. McCartney está muy contento de estar aquí, ¡ya lo verán!, (se ríe).
-Paul McCartney lo invitó a que venda su disco solista en el Estadio Centenario. Allí estará junto con el merchandising oficial de la gira. ¿Cierto?
- Sí, él es muy generoso en ese sentido. Se trata de mi primer Cd después de Mondo Magneto. Titulado This Way Up, es la combinación de canciones que tienen un tiempo y de algunas nuevas. Es más extrovertido y menos introspectivo que el anterior, yo creo que la gente está alterada por los asuntos negativos de la economía y la política y en este disco me animo a decirles ¡vamos, déjenlo todo, y celebremos la vida! ¡Salgan afuera! Es una expresión, una declaración de principios, que quiere decir: sigamos adelante.
-¿Cómo define su estilo musical?
- Es un álbum guitarrero, de rock moderno. Está marcado por el pulso de la guitarra eléctrica. Estoy muy interesado en las cosas que salen de la mente después de escuchar una canción. Quiero escribir música que tengas que escuchar otra vez y otra vez. Y recién entonces puedas recordarla. No estoy interesado en la música que se te pega. Cuando era un niño estaba fascinado por Elvis, Little Richard, Jerry Lee Lewis y por supuesto The Beatles. Todos ellos grabaron discos de los que nos puedes desprenderte. Y eso es interesante para mí en la música, el poder de transportar al público a otros sentimientos.
- ¿Cómo definiría su estilo de vida?
- Mi vida es muy afortunada y dulce. No corro detrás del tiempo de los relojes.
PERFIL
Solista y sesionista
Nombre: Brian Ray
Nació: 4/01/1955
Web: www.brianray.com
Otros datos: También trabajó con la cantante Etta James.
El guitarrista y bajista de McCartney es norteamericano y actualmente vive en Santa Mónica, California, en una casa a cuatro cuadras del océano. Asegura que tiene un perro, le gusta andar en bicicleta, reunirse con amigos y comer buena comida. "Tengo a mi familia y mis amigos cerca, a cinco minutos. Mi vida es tranquila", contó a El País durante la entrevista en el piso 23 del Hotel Sheraton.
El País Digital
Los temas que van a estar en el show: cuatro décadas de rock
Paulmanía. Canciones muy "Beatles" integrarán el menú de 35 temas
FABIÁN MURO Y ANDRÉS LÓPEZ REILLY
Durante la gira On The Run el repertorio no ha experimentado grandes variantes. McCartney interpreta muchos de los temas clásicos, con creaciones más recientes.
Estos son algunos de los temas que suele incluir en sus giras:
MAGICAL MYSTERY TOUR. Una de las fijas para el arranque de los conciertos de la gira On The Run (la otra es Hello Goodbye). La canción bautiza una de las "extrañas" ediciones discográficas de Los Beatles: no llegó a un disco, pero fue bastante más que unos simples. Fue un "doble EP" (un EP es más que un simple pero menos que un disco). La idea inicial del proyecto era pura ambición: fusionar música y cine en una suerte de vaudeville itinerante que recorrería los caminos de Inglaterra. La película fue emitida por la BBC y no fue nada bien recibida por la crítica pero la música es, claro, inapelable.
JET. Uno de los grandes temas de Wings, del mejor disco de esa banda: Band On The Run. Un comienzo con bastante de reggae da lugar en seguida a un rock intenso que respira con cambios de ritmo, armonías vocales, vientos, teclados y un sonido expansivo que algunos críticos asemejaron al sonido y las estructuras glam rock. De todas formas, el tema lleva el inconfundible sello de McCartney, tanto en la interpretación como en los arreglos de Wings, una agrupación que se nutría tanto de la sensibilidad pop de su líder como de las elaboradas y desafiantes incursiones en el rock progresivo y/o sinfónico de muchas bandas de la época.
THE LONG AND WINDING ROAD. Una de las grandes baladas de McCartney. Y fuente de un encono que duró de 1970 a 2003, cuando se dio el gusto de publicar una versión "desnuda" en la reedición del disco Let It Be (con la anuencia de Yoko Ono, claro). Fue un gran disgusto también para el único "quinto beatle" que hubo: el productor George Martin. Producida por Phil Spector provocó la ira de McCartney con su arreglo de cuerdas. Con todo, Lennon sostuvo que Spector en vez de arruinar, hizo un trabajo decente "rescatando" la canción. Y Spector retrucó: "McCartney no tuvo drama en aceptar más de un premio por el disco donde figuraba esa canción".
GET BACK. Único simple donde figura como coautor un músico externo a la banda, el gran tecladista Billy Preston. También este tema fue retocado por Phil Spector, aunque mucho menos que The Long And Winding Road. También como en el caso de esa balada, se trata de uno de los temas mayoritariamente compuestos por McCartney. Con una línea de bajo tan reconocible como influyente, es uno de los temas que los defensores de McCartney suelen mencionar cuando éste es denostado por demasiado "blando" y no rockero. El tema parece poseer una intensidad y un brillo propio, que trasciende incluso a su autor. Indicio de ello es que el Rey del Pop, Michael Jackson, rozó la intensidad rockera en su propia versión.
ELEONOR RIGBY. Mítica reflexión sobre los avatares de la fama y la celebridad. Con una dulzura y una melancolía inusuales para un autor que andaba por sus veinte años y estaba en la cúspide del éxito, las historias tejidas en torno a la protagonista de la canción podrían dar lugar a una pequeña colección de cuentos. Nombre por un lado, apellido por el otro, una lápida, todo confluye para hacer de la canción una de las más significativas y más hondas en la discografía Beatle, compuesta mayoritariamente por McCartney. Figura en uno de los más exquisitos discos del grupo, Revolver, de 1966.
YESTERDAY. Con una duración de tan solo dos minutos, es la canción más versionada en la historia de la música popular con unas 3.000 interpretaciones diferentes, según algunas fuentes. Fue la primera composición de los Beatles en donde un solo integrante de la banda grababa una canción por sí mismo: Paul McCartney, que fue acompañado únicamente por un cuarteto de cuerdas. En 2002, McCartney preguntó a Yoko Ono si podía invertir lo créditos de la composición, de tal manera que se leyera "McCartney-Lennon". Pero la ex de John Lennon se lo negó.
LET IT BE. Macca dijo que escribió Let It Be tras soñar con su madre durante las tensas sesiones para la grabación del Get Back Album, cuando el final de los Beatles era inminente. Explicó que su madre falleció cuando él tenía 14 años "Me encantó volver a conversar con mi madre", señaló. En una entrevista contó que su madre le había dicho: "Todo saldrá bien, déjalo así (let it be)".
El País Digital
Todos los hombres de McCartney
MATÍAS CASTRO
Los músicos que acompañan al ex Beatle son verdaderos veteranos y poseedores de un alto nivel artístico. Algunos de ellos lo acompañan ya desde hace años en giras y grabaciones.
Con la excepción del baterista Abe Laboriel Jr. los otros tres integrantes de la banda que acompañará a Paul McCartney esta noche han pasado los cincuenta años. Laboriel, nacido hace 41 años en Los Angeles, Estados Unidos, comenzó tocando en la banda del virtuoso guitarrista Steve Vai y luego siguió una carrera como baterista de sesión que lo llevó por rumbos muy variados, hasta terminar con McCartney en esta gira On the run que comenzó el año pasado en Estados Unidos. En su carrera tocó también con Seal, Sting, Robi Draco Rosa, Eric Clapton, B.B. King e incluso con Ashlee Simpson y Lady Gaga (en medio de todo eso tuvo una experiencia breve con McCartney).
Además de McCartney, en la banda que hoy se verá solamente hay un británico, quien es el que más ha colaborado con él en las últimas dos décadas. El tecladista (también percusionista y guitarrista) Paul "Wix" Wickens tiene 56 años, nació en Brentwood, Inglaterra y tocó con artistas como Bob Dylan, Joni Mitchell y Bon Jovi. Su colaboración con el ex Beatle comenzó en una gira de 1989 y se extendió durante varios de sus discos. De hecho ha oficiado como director musical de varias de las giras.
El bajista Brian Ray y el guitarrista Rusty Anderson son estadounidenses y tienen respectivamente 57 y 53 años. Anderson, quien también tiene carrera como cantante y compositor solista, además de productor, se acercó a McCartney junto con Laboriel para grabar juntos por primera vez en 2001. Continuó grabando con él y recorriendo el mundo con sus giras además de participar en algunos de sus discos, como Chaos and Creation in the Backyard y Memory Almost Full. Como guitarrista de sesión ha tocado con una increíble variedad de artistas: Gwen Stefani, Steven Tyler, Dido, Cat Stevens, Miley Cyrus, Eros Ramazzotti, Nelly Furtado, Meat Loaf, Robi Draco Rosa y Lisa Marie Presley.
A diferencia de Anderson, el bajista y guitarrista Brian Ray (McCartney lo contrató por su capacidad de alternar entre ambos instrumentos) ha tenido un perfil más definido en sus colaboraciones. Tocó durante 14 años con la cantante Etta James, pero también ha integrado las bandas de Keith Richards, Santana, Joe Cocker, Bonnie Raitt, John Lee Hooker y Bo Diddley. Su primera experiencia con el británico fue en un concierto en 2005.
La gira On the run propiamente dicha comenzó de forma aluvional, primero con un show en Chile en 2011 (el primero desde 1993), emitido por Internet con un público de un millón y medio de seguidores.
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Sir Paul llega a Uruguay
Es el compositor más exitoso de la historia de la música. Integró Los Beatles, y junto a John Lennon compuso algunas de las canciones más famosas de la música popular. Luego de la disolución de la banda, conformó junto con su esposa Linda Mc Cartney el grupo Wings con el que siguió elaborando canciones memorables. Tras la disolución de ese grupo continúo su carrera como solista y desarrolló una carrera como compositor clásico. En 1997 fue nombrado Caballero del Imperio británico. Tiene 71 años y continúa recorriendo escenarios.
El próximo 15 de abril se presenta en el Estadio Centenario en el marco de la gira On the run que inició en junio de 2011. El repertorio del concierto está compuesto por éxitos de Los Beatles (The long and winding road, Eleanor Rigby, Something, The Magical Mistery Tour, A day in the life) y de Wings (Jet, Let me roll it, Maybe I`m amazed). Las entradas ya están agotadas.
Noticia relacionada anterior: 20/03/12
McCartney firmó contrato de actuación en Uruguay
A dos años de éste evento (la de los guns que podrán recordar mas abajo), nos preparamos para recibir un grande, llega al Uruguay Paul Mac Cartney, uno de los 4 beatles que ha logrado continuar con su marcada trayectoria musical y sumar fans a través de los años.
Quién pueda asistir, no lo olvidará jamás
Quienes bailamos el rock de éste grupo y admiramos a cada integrante nos emocionará
ALEJANDRA VOLPI
El exbeatle firmó el sábado el contrato que asegura su actuación en Montevideo, prevista para el próximo 15 de abril en el Estadio Centenario. Lo que todavía no está resuelto es la negociación con Cafo y el Club Nacional de Fútbol.
Para alegría de los fanáticos del genio de Liverpool, Alfonso Carbone "twitteó" en la madrugada del domingo: "Paul McCartney finalmente 100 % confirmado. Uruguay-15 de abril- Estadio Centenario". Y minutos después: "muy pronto info concreta sobre las entradas". De este modo el productor local, según expresó a El País, celebró la firma del contrato que formaliza y da carácter oficial a la actuación del artista en Uruguay, un hecho histórico, que inscribe a Montevideo en el mapa de plazas posibles para shows de estas características. Sin embargo aún falta un "detalle" no menor: la rúbrica que selle el acuerdo con el Estadio Centenario.
Mario Romano, presidente de Cafo explicó a este medio que "el estadio ya fue concedido por carta", dado que estipulan todo por escrito, pero todavía no se llegó a una instancia formal. Y es que para el armado del escenario la producción necesita cinco días, y todavía el Club Nacional de Fútbol -que el 12 tiene previsto un partido con Vasco Da Gama- no se pronunció a favor ni en contra de liberar el coloso. Según pudo saber El País, hoy la directiva del club se reunirá para tratar diversos temas, entre los que se encuentra Paul McCartney, pero no es seguro que tome una decisión rápida. Y esto podría acarrear serias complicaciones al montaje del espectáculo. Según fuentes de Nacional, el equipo se ampara en un informe de Cafo que dice que si el escenario comienza a armarse ni bien termine el partido es posible llegar en tiempo y forma al domingo. La ansiedad crece y el asunto ya está tomando carácter novelesco, mientras el público pregunta desesperadamente en las redes sociales cuándo se ponen a la venta las entradas. La producción de McCartney y todo un país están expectantes. Según Carbone, las entradas se comercializarán esta semana en locales de la red Abitab, posiblemente entre miércoles y jueves, no antes. Pero, al cierre de esta edición, no estaba en condiciones de hablar de precios aún, puesto que es uno de los detalles que están ajustándose en estas horas. De forma extraoficial se habla de un precio base cercano a los 30 dólares. De este modo la gira de On The Run Tour por Sudamérica de Paul McCartney va tomando cuerpo, porque el artista ya confirmó su presencia el 17 de abril en Paraguay y el 19 en Colombia, otros dos países que nunca visitó. Esa es la premisa para el armado del itinerario. El espectáculo contará con las mismas condiciones técnicas que sus giras por otras regiones del mundo. El repertorio incluye sus clásicos, títulos de The Beatles y joyas de su último álbum Kisses on the bottom, pasando así por diversos climas y épocas.
El País Digital
Noticia relacionada anterior: 20/03/10
Los "Guns" dispararon su rock contra Montevideo
Por César Bianchi, para EL PAÍS digital
Se sabía que iba a ser una experiencia rara, por decir lo menos. Guns N’ Roses en Montevideo era algo impensado para los fanáticos de fines de los 80 y 90 hace seis meses atrás. Seguramente esos, los más incondicionales, se sintieron recompensados por la banda liderada por Axl Rose. Pero todos los demás: simpatizantes, curiosos, nostálgicos, se fueron a acostar a las… cinco de la mañana con un sabor agridulce.
Es que fue un recital irregular por donde se lo mire (y escuche). Si bien la entrada de Belgrano producciones decía "21 horas" y a las cinco de la tarde ya había fans esperando que las puertas abrieran, Vendetta, la primera banda soporte, arrancó cerca de las 22.30 y la cantante deseaba con cierta ironía que Axl llegara al país.
El show de los Guns comenzó a la 1.30 de la madrugada, cuando el público uruguayo —siempre inofensivo y cauto— estaba empezando a dormirse. Arrancó con Chinese Democracy, tema que da nombre al último y demorado disco, y siguió mechando su montaña de hits con algunos buenos temas del CD de 2008: Better, Street of Dreams, If the World (con impronta española festejada) y This I Love, entre otras.
Cuando la gente ya se creía el rumor de que Rose nunca había pisado Montevideo, llegó para reivindicarse, pero nunca logró meterse a todos en el bolsillo. Por dos cosas: por su voz, que a sus 48 años ya no le aguanta sus falsetes y alaridos como en otras épocas, y porque —se sabe— al público le gusta que lo mimen y él no lo hizo. En casi tres horas de concierto nunca mencionó a la ciudad ni al país. Como si tuviera miedo de equivocarse y decir Paraguay. O quizás nunca le importó ser tan cortés, vaya uno a saber. El telonero de la banda, Sebastian Bach (ex Skidrow, banda metalera exitosa en los 90), en cambio, sí saludó varias veces efusiva y exageradamente: "¡Te amo Monte Vídeo!".
Guns N’ Roses sí convenció con los hits, los que la gente esperaba. Esa lista estuvo basada en el emblemático Apetite for Destruction (1987): Welcome to the Jungle —segundo tema del recital—, Sweet Child of Mine, Nightrain, Mr. Brownstone, It’s So Easy, Rocket Queen y Paradise City (cerró la lista), a los que sumó November Rain, You Could Be Mine y Knockin’ on Heaven’s Door de Bob Dylan. Sólo faltó Don’t Cry.
El asunto es que dada la hora, la gente se acordaba que era un concierto de rock con los temas pesados (y que sabían todos) y se volvía a sentar y mirar como si fuera ópera cuando se trataba de alguno de Chinese Democracy, una balada o hasta la versión del clásico de AC/DC Whole Lotta Rosie.
Finalmente, a las 4.30 (hace una semana hubiera sido a las 5.30) los Guns con su controvertido y divo Axl Rose al frente dieron por terminado un recital esperado desde que se lo veía flaco y atlético pasar y seguir de largo hacia Buenos Aires. Los fans que tanto esperaron se llevaron su premio (consuelo).
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