La “gran historia” del país, en este caso del turismo, se construye de pequeñas historias. El apoyo que hemos tenido para la conformación de la lista, la votación lograda y el acto eleccionario que acaba de desarrollarse, reflejan la fortaleza institucional que ha logrado el CIPETUR. La participación de autoridades estatales y de asociaciones amigas en el acto de asunción, expresan el posicionamiento actual de nuestra asociación. Se ha concretado un nuevo hito en nuestra pequeña historia.
Soy muy consciente que llego a la presidencia porque se le renovó confianza a un equipo que supo convertir un momento crítico en una simple anécdota, y obtener importantes logros en tan solo un año y medio. No soy ni “histórico” del Círculo, ni un periodista de “dilatada y prestigios trayectoria”. Son condiciones que me hubiera gustado poseer, pues abren puertas para la institución. Sin embargo ellas no garantizan por sí solas el buen o mal desempeño en tanto que dirigente gremial.
La vida de las organizaciones muestra distintos momentos y necesidades. En su creación (o recreación en nuestro caso), requieren de individuos representativos, activos, incansables, llenos de impulso, que muchas veces se funden y se otras se confunden con la institución. Son imprescindibles en esos momentos.
Pero para hacer asociaciones durables y que trasciendan, es necesario que luego de un tiempo, se generen procesos, responsabilidades compartidas, equipo, “institucionalidad”. En esa etapa es más necesaria la capacidad directriz, entendida como la capacidad de articular, de pensar, de conciliar, de proyectar. Luego vendrán otros momentos donde los desafíos sean evitar que la asociación, como le pasa a muchas, se convierta en un fin en sí mismo ó un instrumento para el currículo de sus directivos.
Estamos en la etapa de institucionalización; si se acertó en la persona sólo lo dirá el tiempo, pero si no fuera el caso tampoco sería trágico, pues hay una directiva que ya ha sabido corregir el rumbo. El equipo que me propuso fue el que me llevó a aceptar la presidencia. Todos sabemos el lujo de Secretaría que, en la persona de María Shaw, tuvo y tendrá el CIPETUR. Lo que trabaja y la capacidad con que lo hace son descollantes y todos somos conscientes que habrá que reducirle obligaciones y responsabilidades. Pero no está sola: la acompaña la calidad humana y profesional de Liliana Díaz, primera presidente electa del CIPETUR, hoy vicepresidenta y responsable de la excelente web que tenemos; Nane Borrallo con su presencia y aporte permanente, ha gestado importantes convenios y Eduardo Segredo que realiza el aporte no sólo de su sólida formación, sino de una imprescindible visión y reivindicación del interior del país.
Juntos dirigimos el período pasado. Juntos y con Roque. Él debió asumir la presidencia sin aspirar a ella, en el momento más difícil y sin haber elegido el equipo. Pero supo llenar el vacío, tomar decisiones y, como excelente articulador, nos permitió mantener la presidencia del Fórum, al cual supo convertir en Iberoamericano. Su gesto de dejar su lugar “pues es lo mejor para fortalecer la institucionalidad”, en esta época de individualismo y de aferrarse a los sillones, lo deja como un grande de nuestra pequeña historia.
La identificación de los socios con la institución era fuerte y ello felizmente dificultaba la elección de los candidatos para completar los cargos directivos. Pudimos haber optado por gente “con la camiseta puesta”, poco conocidos o nuevos, pero que nos aseguraran la armonía. Pero optamos por pedirle que nos acompañara a gente con trayectoria, personalidad y capacidad de aporte, de abrir puertas. Créanme que la lista de posibles era grande. Elegimos el camino de una directiva fuerte en trayectoria, representatividad, ideas, presencia y esperemos que trabajo. Lo hicimos seguros que el CIPETUR está en condiciones de asumir el “ir a más” y con Fernando Goldsman, Edgardo Martínez Zimarioff, Freddy Caruso, y Sergio Gorzy, podremos!
Si entre todos logramos constituir un equipo, donde los aportes sean de acuerdo a las posibilidades y capacidades de cada uno, seguramente entregaremos un CIPETUR mucho más sólido que el actual, pues dependerá menos de las personas.
Tengo varias ideas y proyectos pero prefiero proponerlos en la Comisión Directiva para recibir otros aportes y seguir conjugando el “nosotros”.
Ahora bien ¿Para qué queremos más y mejor CIPETUR? Simplemente para desarrollarnos como profesionales y desde nuestro rol de comunicadores apoyar este turismo que tanto queremos y queremos creer que nos necesita.
Por eso, a las autoridades presentes les decimos que la nueva directiva seguirá al servicio del país, protagonizando sí, y esperemos que mucho, pero conscientes de nuestro rol. A las instituciones amigas: pueden seguir contando con nosotros. A nuestros socios y a todo aquel que lo necesite, que seguiremos capacitando.
En suma, seguiremos construyendo nuestra “pequeña historia” en el marco de ese turismo que tan bien le hace al país.
Y a todos, muchas gracias!
Gentileza de
L/D
www.cipetur.com
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