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Alejandro StalkerPiastri creó el documento "Dr. Benito de Paula "
La Junta Departamental aprobó un proyecto por el cual se denomina Dr. Benito de Paula a la plazoleta de Salto Nuevo y por moción del autor de la iniciativa -Sr. Jorge Andrade Ambrosoni- se autorizó a erigir alí, un busto del recordado médico para perennizar en el bronce su figura. Con ello, se recogió una sugestión de Radio Cultural que -lograda la disposición legal- propició una colecta popular, en base a contribuciones ínfimas, para que el pueblo costease la artística escultura, cuya ejecución se confió a Edmundo Prati y cuya habilitación se hizo al cumplirse el primer aniversario de la muerte del filántropo.
En la exposición de motivos de la iniciativa aprobada, tras destacarse la capacidad técnica del Dr. de Paula, se decía: "médico por vocación honda y sentida, desde el primer día de su actividad estuvo entregado a su pueblo, al que prodigó los conocimientos científicos que poseía con integral dedicación, sin otra meta que la de aliviar el dolor humano. De desinterés rayano en la abnegación, su perfil resulta la expresión contemporánea del Dr. Espínola en cuyo molde, sin duda, se forjó. La generalidad -fruto de la solidaridad fraternaria que le impulsaba- manifestábase por doquier, pero sin ostentación. Procuraba que no se percibiese su filantropía y que los propios destinatarios recibiesen sus actos como una manifestación natural, para que su dignidad no resultase herida. No sólo contribuía a curar su cuerpo: su palabra tonificaba el espíritu y aún a aquellos inexorablemente vencidos, les trasmitia contagioso optimismo para oponer voluntad al mal que minaba su físico.
Dedicó, el Dr. de Paula, a los niños atención preferente. Un imperativo ineludible lo empujaba hacia ellos, no solo como pediatra, sino como hombre que sabía que la mayor parte de los males de la infancia tienen génesis social, que hace de los pequeños inocentes, víctimas de una ordenación injusta. Estuvo junto a ellos donde lo llamasen. Preferentemente en los barrios humildes, para librar la batalla por su existencia. Y como sabía de la pobreza que castigaba a infinidad de hogares, llegaba a menudo con el medicamento o dejaba el dinero para adquirirlo o para costear la alimentación adecuada, sin la cual toda terapéutica resultaría inoperante. No fue solo un médico altruista, absorbido por la técnica, sino que supo responder a las vibraciones ciudadanas. Actuó en política con altivez y en documentos recordados, resplandece la pureza de su conducta cívica. El pueblo le ungió gobernante municipal, cargo que no desempeñó, para no sustraerse a sus obligaciones profesionales. Magnífico arquetipo humano, su nombre debe incorporarse al nomenclator, como tributo de la comunidad de quien se identificó con ella, en sus inquietudes, en sus afanes y en sus angustias. Pero además, como paradigma para que la lección de su vida instara la emulación. Y debe ser una plaza -donde jueguen los niños- de un barrio humilde, porque entre los niños y los humildes realizó su hermosa siembra, que se llame Dr. Benito de Paula de tal manera que desaparecido del plano físico, quede su patronímico grabado en el metal, como lo está con caracteres imborrables en el corazón de la colectividad salteña. (material extraido de la revita de los 50 Años de Radio Cultural)
Material publicado en el grupo por Ruben Caram. A su pedido lo recopilé como documento.
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