Diario El Pais-Montevideo-Uruguay 10 de Julio 2009
XIMENA AGUIAR
La ONG ambientalista Guayubira llama la atención sobre el avance de la forestación en la zona adyacente al área protegida de Quebrada de los Cuervos, donde aún no se han aprobado las pautas de manejo.
La definición de un área protegida se concreta con la limitación de las actividades que se pueden realizar en esa zona, en pos de la protección de sus valores ambientales. En la primer área ingresada al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), la Quebrada de los Cuervos, la ONG ambientalista Guayubira alerta sobre la presencia de posibles emprendimientos forestales.
Este "avance" no se está dando dentro del área (donde sí hay padrones de propiedad de una empresa forestal, pero está prohibida la realización de esa actividad) sino en la zona adyacente a ella, en la que está previsto establecer medidas para que no se afecte el ambiente protegido, pero éstas aún no han sido definidas.
En particular, señalan su preocupación por "la aprobación del proyecto de forestación de Pradera Roja a pesar de estar dentro de la zona adyacente al área protegida". Según el coordinador del SNAP, Guillermo Scarlato, este proyecto forestal "está hoy en proceso de evaluación", y no aprobado.
Uno de los motivos de su estudio es evaluar su posible impacto en el área protegida. Más allá de este caso particular, Scarlato explicó que un cultivo de eucaliptus o pinos en el límite del área protegida puede llegar a afectarla de diversas maneras. "Uno de los posibles impactos más visible es el paisajístico", señaló. Otro, es la "capacidad invasora" de la especie cultivada, por ejemplo a través de la volatilidad de sus semillas. De hecho, "ya hay en la Quebrada evidencia de invasión de eucaliptos y pino, es uno de los temas a trabajar", contó. Otro posible impacto refiere a la utilización de recursos hídricos comunes. "Ese es uno de los temas a considerar, cuánto de la superficie de la cuenca está siendo afectada", afirmó.
Tras recibir el comunicado de Guayubira, Scarlato convocó a la ONG a una reunión para tratar el tema.
MEDIDAS. Parte del área es propiedad de una empresa estadounidense, señaló la ONG en su comunicado.
Sin embargo, aclaró Scarlato, "dentro del área protegida designada por el decreto no existe hoy ningún área forestada ni proyecto forestal presentado. Sí hay un padrón propiedad de una empresa forestal con la que hemos mantenido reuniones de trabajo y no forestarían", dijo.
Actualmente, el decreto de ingreso del área al SNAP prohíbe la introducción de especies foráneas, así como los emprendimientos productivos que conlleven la modificación de las características ambientales en el área. "Si hay consideraciones que impliquen una modificación se analizan en el plan de manejo, por ahora no hay señales en ese sentido", añadió.
También en ese plan de manejo se establecería la delimitación de la zona adyacente y su regulación. De cualquier forma, "no está planteado que en esa zona la norma implique prohibición de la forestación, sino de regulación", afirmó.
Aún no hay fecha para la creación de la comisión asesora específica del área, que es la que debería aprobar la presentación de ese plan de manejo ante el ministerio correspondiente, pero se espera que esté funcionando "en los próximos meses", dijo Scarlato.
Proceso para crear protección
La Quebrada de los Cuervos, en Treinta y Tres, fue identificada en un relevamiento preliminar de sitios que podrían ingresar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) en 2004, por su riqueza paisajística y sus valores de biodiversidad. Parte del área ya tenía protección municipal.
Se elaboró una propuesta formal para postular al área y fue presentada a la comisión nacional asesora de áreas protegidas, en octubre de 2005. La iniciativa fue sometida a una audiencia pública en 2006.
El área ingresa oficialmente al SNAP a través de un decreto, en setiembre de 2008. Se establece la delimitación de la zona y las medidas de protección y se aprueban pautas generales de manejo.
En el plazo de un año a partir de su designación, los administradores del área deben presentar un plan de manejo específico, que también incluye medidas para el área adyacente.
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