




Fuente: Curso de la REI - Virginia Rosete
La competitividad es un concepto que tiene múltiples y variadas interpretaciones, según el tipo y nivel de la actividad donde es empleado, razón por la cual no existe una definición de carácter universal del término que cuente con una aceptación generalizada.
La dificultad que existe para definir la competitividad radica en el hecho de que el término es empleado para referirse tanto a la competitividad de un país, un sector industrial o una región, como a la de una corporación empresarial o una empresa individual, dando origen así a la gran variedad de interpretaciones que se le da al término.
Debido a esa dificultad no se ha podido precisar aún el concepto de competitividad de un destino turístico.
Se han propuesto varias definiciones que intentan definir el concepto, pero no han logrado el propósito debido a las discrepancias que dichas propuestas presentan sobre los factores determinantes de la competitividad de un destino, como consecuencia de los distintos enfoques a partir de los cuales se pretende definir el concepto.
Desde nuestro punto de vista, pensamos que si se parte de la premisa que un destino turístico no es más que una entidad, en otras palabras, una corporación que produce y comercializa productos y servicios turísticos en los mercados, y se tiene en cuenta que el Diccionario de la Real Academia Española define a la competitividad como “la capacidad de competir”, y que el Diccionario Oxford de Economía es más preciso aún, al definirla como “la capacidad de competir en los mercados de bienes y servicios”, la competitividad de un destino turístico puede perfectamente definirse como:
La capacidad del destino turístico para competir en las diferentes combinaciones producto-mercado, con las ofertas presentadas en esas mismas combinaciones por los destinos competidores.
Así entendido el concepto de competitividad de un destino, este como cualquier otra corporación, tiene que establecer su estrategia corporativa. Es decir, precisar la forma como alcanzará sus objetivos en los mercados, a la luz de las presiones de los destinos competidores y las limitaciones de sus propios recursos.
Ahora bien, uno de los componentes dominantes de las estrategias corporativas en el cual se sustenta la competitividad, son las “ventajas competitivas”.
Por lo que, las ventajas competitivas que posea o pueda lograr el destino sobre los destinos competidores en aquellas mercados en los cuales pretenda promover y comercializar sus productos y servicios, son las que le otorgarán la capacidad para competir con éxito.
Por consiguiente, todo destino turístico que quiera fortalecer su capacidad competitiva, tiene que identificar, desarrollar y aprovechar las ventajas que pueda obtener, las cuales según su origen pueden ser de distintos tipos.
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