Más de diez piscinas de instituciones sociales y deportivas existen en nuestra ciudad y en verano captan una alto número, sobre todo de niños y adolescentes. ¿Qué nivel de servicios ofrecen?.¿ Quién los controla?.
La Intendencia de Salto dice que no tiene potestades para fiscalizar las condiciones y así habilitarlas. En Salto tampoco hay normas al respecto
Piscina de Deportivo Artigas se habilitó la presente temporada en el complejo deportivo.
El verano salteño es intenso, sofocante y conocido como el más caluroso de todo el país. Pese a esto, los lugareños no tienen extensiones naturales de playas como sí hay en otros departamentos del país, para poder paliar el padecimiento de las altas temperaturas que nos brinda esta época del año. En consecuencia, una serie de piscinas públicas y otras privadas, son las que reúnen a la mayor cantidad de gente que se anima a salir de sus casas buscando disfrutar del agua, como consuelo para sobrellevar el verano.
Sin embargo, entre esa cantidad de piscinas públicas y privadas existen algunas de ellas que no están en condiciones de ser habilitadas por la falta de cumplimiento de los requisitos básicos para su funcionamiento. Empero, en Salto no hay controles ni fiscalización previa por parte de ningún organismo público, y en ese sentido, no hay nadie que se haga responsable de las condiciones en las que se encuentran las mismas. Pero no solo eso, tampoco hay normativa alguna al respecto y al parecer si un usuario sufre un accidente en algunas piscinas, nadie se hace cargo, salvo las municipales que poseen seguros contra accidentes y algunas privadas.
Las autoridades se culpan entre sí de ser las responsables de las fiscalizaciones previas a las habilitaciones de las piscinas, pero a su vez aducen que solo colaboran con la organización y funcionamiento de las mismas.
La Intendencia de Salto aduce que ha “mejorado” el funcionamiento de las piscinas barriales tanto en infraestructura como en aspectos administrativos, por su parte, reclaman poder tener “la potestad” de ser los fiscalizadores para dar las habilitaciones en caso que correspondan.
Pero mientras tanto ¿quién se hace cargo de que se cumplan con las condiciones básicas de funcionamiento de una piscina pública o privada? ¿Se realizan controles para saber si quienes concurren tienen garantías de no sufrir un accidente que pueda costarles la vida? ¿Son controlados los usuarios de las mismas para evitar problemas sanitarios entre los bañistas? Y sobre todo ¿en qué condiciones se encuentran las piscinas que usan lo salteños para aliviar las bajas temperaturas? Esto y más, en el siguiente informe de EL PUEBLO.
¿Quién controla?: la Intendencia afirma que no tiene potestades
Hace casi dos décadas atrás, durante el Gobierno Departamental encabezado por Eduardo Minutti, se construyeron cuatro piscinas públicas en diferentes barrios de la ciudad con la finalidad de que la población del lugar pudiera concurrir en verano sin tener que desplazarse hacia la zona de playas o las Termas. Desde entonces las mismas han brindado un gran servicio a toda la población, con múltiples actividades que van desde la posibilidad de refrescarse hasta clases de natación con instructores contratados por el Gobierno.
Sin embargo, hasta el momento poco se ha hablado de las condiciones en las que se encuentran después de tantos años de uso y quienes son los que ejercen los controles de las mismas. Pero por sobre todas las cosas, el hecho de que no exista una normativa a nivel departamental deja expuesto al capricho del dueño de las instalaciones la manera en que ofrece el servicio. Ya que además, nadie vendrá a realizar controles, más allá de la calidad del agua que ofrecen a los bañistas, algo con lo que sí viene cumpliendo todos los años la Intendencia de Salto, a través de los profesionales del ramo, de la Clínica Municipal.
Pero el manejo de las piscinas barriales, se encuentra en manos de la Dirección de Deportes de la comuna, quienes si bien dicen que han “mejorado” el funcionamiento de las piscinas, reconocen que hay falencias en los controles del resto de los servicios, sobre todo a nivel privado.
En ese sentido, el director de Deportes de la Intendencia de Salto, Jorge Castagnaro, dijo a EL PUEBLO que la infraestructura de cada piscina depende del departamento de Obras de la Intendencia. Los controles de higiene y calidad del agua lo hace el departamento Bromatológico de la dirección de Salud de la comuna y ambos son los que dan el visto bueno de cada una de las cuatro piscinas, antes de que comience cada temporada.
En la parte de infraestructura, si bien Salto no tiene una normativa a estos efectos, sí fiscalizan que el lugar esté en óptimas condiciones. Que la piscina no tenga ningún elemento en su interior que pueda dañar al bañista como el caso de una baranda de hierro como existen en algunas privadas. Que además los alrededores de las piscinas tengan pisos antideslizantes para evitar caídas de los usuarios y con esto que se produzca algún tipo de accidente, y que exista una cartelería adecuada para señalizar la conducta que debe mantenerse dentro de las mismas.
“Nosotros contamos con guardavidas que reciben una instrucción de dos meses antes de inaugurar la temporada de playas y piscinas. Estas personas no son guardavidas profesionales ya que en Salto existen solamente 8, y están trabajando todos con la Intendencia”, advirtió Castagnaro.
Dijo asimismo que el criterio utilizado es de contar con 1 guardavidas, cada 40 personas, y “a veces por la cantidad de personas que asisten a las piscinas municipales, nosotros llegamos a tener hasta 3 guardavidas por piscina”. Informó a su vez que las mismas ahora cuentan con un seguro por accidentes que opera ante eventuales casos de esta naturaleza, pero añadió que “por el momento no ha sido necesario activarlo”.
Para poder ingresar a las piscinas municipales, las personas de todas las edades deben realizarse un control previo en el que si son declarados aptos, luego de una rápida revisión, pueden obtener un carné de usuario. En ese sentido, Castagnaro señala como un “logro” el hecho de haber multiplicado la cantidad de carné que se han entregado este año, los que pasaron de 360 en toda la temporada del año anterior, a 900 en lo que va de la actual temporada.
“Lo que pasa es que este año instrumentamos como política, ir por cada piscina, un día a la semana y realizar allí los trámites a los interesados. Algo que antes no se hacía porque los vecinos del lugar tenían que venir hasta la clínica Municipal para hacer el trámite”, contó el jerarca.
CONVENIOS
Para instrumentar actividades en el lugar, la Intendencia de Salto, cuenta con convenios con el Ministerio de Deportes, que aporta instructores de natación, brindando de esa manera clases de este deporte en horarios determinados y para todo público. Cada una de las piscinas tiene un pozo propio del cual extraen el agua, la que cambian a diario, contando además ahora con un funcionario para la limpieza de las mismas algo que antes, adujo Castagnaro “era labor de los guardavidas”.
Además, las piscinas cierran sus puertas desde las 12 del mediodía hasta las 3 de la tarde, porque han adherido a la campaña de Lucha Contra el Cáncer de Piel, abriendo sus puertas luego hasta las diez de la noche.
“Nosotros controlamos que todas las piscinas barriales estén en condiciones y cumplan con los requisitos mínimos para su funcionamiento. Pero nos gustaría tener la potestad de poder fiscalizar el resto de las piscinas que funcionan en Salto, porque a las municipales nosotros les hacemos un control estricto. Por eso controlamos que cada una tenga los pisos adecuados, cuente con buenos vestuarios, que haya señalización y ningún objeto adentro de las piletas que pueda dañar a los bañistas. Aunque no existe normativa al respecto y nosotros no podemos hacer nada más que sugerirles que mantengan las condiciones necesarias para el funcionamiento de las mismas”, manifestó.
Y expresó que “si alguien no las cumple, nosotros no podemos hacer nada. Porque tampoco tenemos las potestades para fiscalizarlas y sancionarlas. Esto está en la órbita del Ministerio de Deportes, cuyos encargados en Salto, son los que deben hacer esos controles. Si los hacen o no, no lo sé”.
LAS PRIVADAS
Las piscinas privadas como las del Club Ferro Carril, el Club Deportivo Artigas que comenzó a funcionar este año y la de la Asociación Cristiana de Jóvenes, están por su cuenta. En algunos casos, como el Club Ferro Carril y Deportivo Artigas, la Intendencia pone los guardavidas, pero ellos manejan el funcionamiento de las piscinas según lo que establece la comisión directiva de cada lugar.
En el caso del Club Ferro Carril, se abona un precio por el ingreso a las mismas, si se es socio de la institución se abona un costo menor, y los guardavidas cumplen funciones hasta la hora 20. Después de esto, si la piscina sigue funcionando es de estricta responsabilidad de la institución. En el lugar no se cuenta con pisos antideslizante, y en el interior de la misma existe una baranda de hierro que días pasados provocó el accidente de una niña, la que quedó con el pie trancado cuando intentó ingresar a la misma. Los muros del lugar están muy bajos y hay cables al alcance de los bañistas que se recuestan sobre las paredes que dan hacia la calle.
“Nosotros nos ofrecimos para ir con equipos de la Intendencia y sacar la baranda del interior de la piscina, porque entendemos que no puede estar ahí, pero nos dijeron que no”, indicó Jorge Castagnaro a este diario.
Mientras tanto, la piscina del Club Deportivo Artigas, que fue construida principalmente para atender a niños con capacidad diferente, “no cumple con los requisitos para el funcionamiento con niños así, sino que solo pueden asistir personas que no posean ningún tipo de problemas físicos, por lo tanto está habilitada en ese sentido”, expresó el jerarca. Pero aseguró que “estamos trabajando con el Club (Deportivo Artigas) para poder revertir esto y avanzar en el proyecto, para que quede pronto en los próximos meses”.
La Intendencia dijo a directivo de la ACJ que no podían fiscalizar
La piscina de la Asociación Cristiana de Jóvenes está controlada estrictamente por los directivos de esta organización. Es así que las características de las mismas, son fiscalizadas por los representantes de esa institución. La Intendencia corrobora la existencia de su funcionamiento, pero no realiza ningún tipo de inspección al lugar. Este año, aumentó el número de personas que asisten al lugar lo que supone un aumento en la responsabilidad de los directivos de la institución.
450 MIL LITROS Y DIMENSIONES OLÍMPICAS
La piscina se habilita “cuando hay calor porque no podemos condenar a la gente cuando no hay calor a una piscina que tiene agua de pozo que sale a 16º C de temperatura. Se trata de un nivel de temperatura que no es ni medianamente templada, ni muy fría”.
La ACJ dispone de un pozo que le permite alimentar la piscina que tiene una capacidad de 450 mil litros, cuyas dimensiones son 25 metros de largo por 12 de ancho, y 1,40 de profundidad. Tiene medidas olímpicas y además ya cuenta con 30 años.
El director ejecutivo de la ACJ, Carlos Calisto, indicó a EL PUEBLO para este informe que “no existen controles respecto de la habilitación de la piscina”. Sostuvo que él personalmente concurrió a la Intendencia y allí habló directamente “con el profesor (Jorge) Castagnaro (Director de Deportes de la comuna) quien me manifestó que por ahora no hay normativa alguna por parte de la Intendencia”. Sobre las características de la piscina, Calisto advirtió que en los sectores elevados la misma tiene barandas de metal y en los otros sectores está rodeada de paredes.
CONTROL DIARIO DE AGUA
Explicó por su parte, que “día a día hacemos los análisis” del estado del agua. El encargado de la piscina trabaja desde las 6 de la mañana hasta las 2 de la tarde, todos los días. Contó que a la noche “le hacemos el clorado para que trabaje en la proporción de los datos que viene dando el PH y demás. No tenemos filtrado de agua, curamos el agua y la recirculamos. Todas las mañanas aspiramos todo el piso desde las 6 hasta las 10 de la mañana. Se trabaja con una aspiradora dentro del agua que trabaja por succión”, señaló en cuanto al mantenimiento de la misma.
EL PISO DE LA PISCINA Y VESTUARIOS
Con respecto al piso de la piscina, informó que este año se le incorporó el lineado de demarcación en andariveles. El cual es “absolutamente necesario para nadar, porque con la cabeza bajo el agua la línea es decisiva”, expresa. Dice que la misma cuenta con una pintura especial para ser aplicada en las piscinas y que se llama “caucho clorado”.
Pero no obstante, terminada la temporada de verano, aduce que las condiciones de la piscina que hemos logrado hasta ahora, “la vamos a mantener”.
Calisto reconoció que “existen carencias en los vestuarios, principalmente en el de las damas”. Ya que el mismo tiene salida a la piscina, pero responden a “la tradición de una institución deportiva de hace 40 años en donde se pensaba que el deporte solo lo hacía el hombre”. La piscina cuenta con malla sol y sombra en buena parte de su extensión.
LA PISCINA DEBE SERVIR PARA ENSEÑAR A NADAR
La ACJ entiende que como propósito las piscinas deben servir para enseñar a nadar. “Es un pecado estar en el agua y no saber nadar. El hombre nace en un medio acuoso, pero luego los temores de lo terrestre nos cambia la modalidad de vivir”, dijo Calisto.
Dentro del espacio recreativo de la colonia en el que se utiliza la piscina, también se genera un espacio de aprendizaje a cargo de profesores de educación física. En la piscina hay permanentemente dos profesores cuidando los dos extremos de la misma que ofician también de guardavidas.
COLONIA DE VERANO
La Asociación Cristiana de Jóvenes desde el pasado 15 de diciembre y hasta el próximo 15 de marzo, desarrollará en su sede de la calle Soca al 200, un programa de vacaciones denominado “Colonia”.
En el mismo se instrumentaron cuatro niveles de trabajo por edades: entre 6 y 7 años, 8 y 9 años, 10 y 11 años y de 12 a 14 años. Y esta vez, se agregó la “Chiqui Colonia”, con niños de 3 a 5 años de edad. La misma funciona en horario vespertino.
Según contó Carlos Calisto a EL PUEBLO, en esos tramos etáreos la utilización de la piscina forma parte del paquete “Colonia”. Pero para aquellos que son liceales, juveniles y adultos, sí se utiliza la piscina luego del horario de la Colonia de manera libre.
Una de las políticas institucionales, según Calisto, pasa por apostar a mantener la actividad todo el año, no solo tener una actividad de verano”. El coordinador de la Colonia, es Emanuel Priario, licenciado en Educación Física, que hace ya un tiempo viene trabajando en la ACJ.
Indicó que para llevar adelante este proyecto se conformó un nuevo equipo de trabajo y que para el caso de la “Chiqui Colonia” se dispuso de una piscina de pequeñas dimensiones que se arma y se instala en un patio posterior a la sede.
Por su lado, Jorge Castagnaro dijo que la piscina de la ACJ es “totalmente privada” y que son sus directivos quienes se encargan de la responsabilidad de la conducción de las mismas.
¿Quién se importa del control de las piscinas?
Si bien en Salto no existen normativas de control sobre el uso de las piscinas, pese a ser un lugar que vive del turismo termal, a nivel de nuestro país existen instrucciones y sugerencias que parten desde diversos organismos para el cuidado de los bañistas. En este caso, damos a conocer medidas básicas de prevención extraídas del portal www.uruguayeduca.edu.uy
Medidas de prevención:
• Seguir las reglas de la piscina y escuchar a la persona que está supervisándola.
• No tragar agua de la piscina.
• Mantener objetos de vidrio lejos del área.
• Nunca nadar solo.
• No llevar aparatos eléctricos al área.
• Nunca masticar chicle en el agua.
• No correr en el área.
• Colocar un teléfono cerca para casos de emergencias.
• Usar un chaleco salvavidas si no se sabe nadar. Tener cuidado al usar los toboganes de pileta. No tirarse de cabeza por el tobogán.
• El cabello largo puede causar ahogamientos. Mantener el cabello largo lejos de los desagües.
• Una sola persona a la vez en el trampolín. Tirarse sólo desde el extremo del trampolín.
La seguridad de una clase de natación, estará limitada a diversas consideraciones previas como son:
_ Cerrada o al aire libre.
_ Tipo de Pileta – Profundidades.
_ Accesos al natatorio – Ubicación y tipo.
_ Temperatura del agua.
_ Cantidad de alumnos – Relación numérica con los profesores.
_ Ubicación de los docentes y guardavidas.
_ Intensidad-dificultad de la ejercitación.
_ Espacios utilizables (pileta principal y secundaria, etc.)
_ Elementos auxiliares disponibles (flotadores, tablas, manoplas, etc.)
_ Edad de los participantes de la clase.
_ Estado físico y de salud de los participantes.
Fuente: http://www. uruguayeduca. edu.uy
Dicen que es la Intendencia la que debe fiscalizar las condiciones de las mismas
Ministerio de Turismo y Deportes solo aporta cloro y profesores de natación para las piscinas barriales
Si bien la Intendencia insiste en que “no tiene potestad” para realizar los controles de las piscinas barriales, según la profesora Marcela Fontes, representante del Ministerio de Turismo y Deportes en nuestra ciudad y que cumple funciones en la Plaza de los Deportes, es la comuna “la que debe controlar” el estado de las mismas.
Respecto a los aportes que realiza esa secretaría de Estado para el caso de las piscinas barriales lo que “aporta” el Ministerio para el cual trabaja, es “determinada cantidad de cloro”, lo que hasta el momento ni siquiera ha llegado para poder donarlo a las piscinas barriales.
Fontes dijo a EL PUEBLO para este informe, que “también se aporta cloro a la piscina del Club Remeros” porque informó que durante “todo el año hacemos actividades del Ministerio en dicho Club”.
Hasta ahí llega el aporte del Ministerio de Turismo y Deportes para las piscinas públicas y privadas que tiene Salto y a las que asisten cientos de personas. A su vez, la consultada señaló que “es la Intendencia la que se encarga del control de las piscinas, tanto para el análisis del agua, como de su estructura”. Señaló en ese sentido, que las condiciones para dar clases “están dadas”. Debido a que cuentan con el material que la comuna les ha proporcionado, refiriéndose a elementos básicos tales como “flotadores y colores, con los que la gurisada se prende”, dice.
Expresó además que “la enseñanza de la natación en las distintas piscinas barriales por parte de los docentes contratados por ese Ministerio viene siendo óptima” y que las condiciones para hacerlo “son las adecuadas”.
En las piscinas barriales contratando a profesores de Educación Física, el Ministerio de Turismo y Deporte enseña natación y adaptación al agua, tanto para niños como para adultos.
Si bien las clases la ofrecen profesores de educación física, Fontes indicó que como parte de la formación ellos “adquieren conocimientos en la materia”.
“Son funcionarios del Ministerio de Deporte contratados por la Intendencia solo por la temporada de verano (enero y febrero) para este trabajo específico, y otros que son profesores todo el año”.
El Club Remeros Salto cuenta con cinco piscinas en sus instalaciones, siendo al menos dos de ellas de alta competición para deportes de natación. En las mismas existen instructores profesionales de este deporte y están empleados una importante cantidad de guardavidas que trabajan durante el horario de apertura de las piscinas a sus más de 4.500 socios.
Esta institución privada, conformada hace casi 95 años, es considerada como un “modelo” a seguir en gestión privada a nivel de todo el país. Y por lo tanto, la gestión está a cargo de una Comisión Directiva, renovada cada año por el voto de sus socios.
Si bien cuenta con un pozo propio e incluso uno termal, el primero a nivel privado en un club social y deportivo, los controles de las aguas los realiza la Intendencia de Salto que brinda la habilitación pertinente. Aunque las piscinas de este Club están abiertas durante todo el año para sus socios.
Según pudo saber EL PUEBLO las instalaciones de esta institución cuentan con todos los requisitos correspondientes para el uso de piscinas, tienen señalización, pisos antideslizantes, vestuarios adecuados y se solicita al socio que antes de ingresar a las mismas se higienice.
Empero, no se les hace ningún tipo de control de salud a los bañistas. Es decir, el lugar es tan proclive a contraer los contagios que pululan en cualquiera de las demás piscinas, como la Otitis, Pediculosis, o enfermedades de la piel. Algo de lo que no se está libre. Allí, se realizan competencias de natación a nivel local, nacional e internacional.
Fuente: Diario El Pueblo digital
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