Hace ya un tiempo que las empresas comprendieron la necesidad de estar en la Red, de hacer acto de presencia en ese extraño lugar donde todo el mundo dice que hemos de estar si somos o queremos ser alguien. Lo malo es que esa presencia se centra sólo en eso, en la presencia, obviando cualquier acción más allá de la estática y a veces fría acción de levantar el dedo cuando pasan lista.
Como hemos dicho en otras ocasiones hoy por hoy estar en Internet no es una elección, y no lo es porque es allí donde están los clientes y donde se desarrolla gran parte de su proceso de socialización. Estar en la Red puede que sea más necesario y urgente para unos que para otros, pero más temprano que tarde va a ser una acción ineludible en la estrategia de gestión empresarial. Es cierto que algunas empresas, por el sector en el que se mueven no van a notar el cambio de un modo tan drástico como otras, pero lo notarán. Como regla general aquel sector cuyo producto o servicio esté más cerca del cliente final va a ser más sensible a los efectos de Internet. Sin lugar a dudas el turismo va a ser de los que más lo noten.
Dicho esto conviene preguntarse qué estrategia vamos a seguir para presentar nuestra primera tarjeta de visita en la Web, nuestra página. Porque como decimos la página es nuestra primera tarjeta de visita ante nuestro posible cliente. Incluso algunos han sustituido las tradicionales tarjetas por mensajes, páginas y presencia en la Red. Recientemente me comentaban que uno de los directivos de Google repartía sus tarjetas de visita y en ellas se leía: “teclee xxx (el nombre del directivo)en Google, pulse Voy a Tener Suerte” y le direccionaba a la página personal del directivo. La tarjeta de visita como complemento de nuestra presencia en la Red.
Por eso conviene tener en cuenta que nuestra pagina no es sólo un objeto estático más o menos bello, sino que ha de evolucionar para que siga siendo atractivo, tratando de aunar la estética con la facilidad de uso o usabilidad.
Hablamos por tanto de dos grandes áreas a las que atender en nuestras páginas Web. Por un lado uno puramente estético que busca el impacto inmediato, la llamada de atención para el visitante y que le permita superar esos segundos iniciales en los que si no captamos al usuario lo perdemos. Esta componente visual no puede descuidar la otra área de acción, la técnica, que permite tener siempre presente elementos como la usabilidad, navegabilidad, posicionamiento, capacidad de feedback adecuado…
Sería un gran error no comprender la necesidad de incorporar constantemente las nuevas herramientas que nos pueden ser útiles. Nuestra página es, como ya hemos dicho, una tarjeta de visita, pero también una herramienta y plataforma muy poderosa desde la que gestionar nuestra presencia en la Red. Debemos por tanto tener en cuenta tanto nuestras necesidades como las de nuestros potenciales clientes, para adecuar el mensaje, la presencia y la gestión a lo que espera el usuario de nuestra empresa.
Juan Sobejano (juan.sobejano@hosteltur.com)
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